Se puede producir por primera vez en la historia democrática que España asista a una investidura fallida. Que el pleno del Congreso de los Diputados rechace al candidato que intenta recabar su confianza. Pedro Sánchez acudirá hoy al hemiciclo sólo teniendo cerrado el apoyo de Ciudadanos con lo que suma 140 escaños, lejos de la […]
Dirigentes Digital
| 29 feb 2016
Se puede producir por primera vez en la historia democrática que España asista a una investidura fallida. Que el pleno del Congreso de los Diputados rechace al candidato que intenta recabar su confianza. Pedro Sánchez acudirá hoy al hemiciclo sólo teniendo cerrado el apoyo de Ciudadanos con lo que suma 140 escaños, lejos de la mayoría de 176 escaños, y condicionado a que no se modifique el pacto que alcanzaron.
Lo único seguro es que sus señorías están convocadas para antes de las 16.30 en pleno para hacer lectura de la propuesta de candidato por parte del Rey. Cumplido el trámite protocolario, Sánchez dispondrá de la palabra de su discurso de investidura, sin límite de tiempo, y donde expondrá su programa político de Gobierno y solicitará la confianza de la Cámara. Fácil su intervención superará la hora y media.
La primera votación se producirá al día siguiente, después de la intervención del resto de grupos parlamentarios. Con toda seguridad el dirigente socialista no logrará sumar los 176 escaños, con lo que quedará convocada una nueva votación el viernes. Es a partir de aquí cuando Sánchez se la juega.
Hay pocas opciones. O logra convencer al PP que se abstenga o se sume al pacto con Ciudadanos, que parece poco probable tras la negativa de Rajoy. O convence a Podemos para que apoye la investidura, con la dificultad de que Ciudadanos no se descuelgue del acuerdo.
Ayer se vivió el primer amago. Por sorpresa, en el Comité Federal del PSOE, Sánchez lanzó una nueva oferta a Podemos. La respuesta fue inmediata, Pablo Iglesias la rechazó, y para complicar más el panorama Rivera advirtió que no apoyaría al líder socialista si modificaba el pacto para atraer a Podemos.
La ecuación del éxito para Pedro Sánchez es sencilla, lograr que Podemos vote favorablemente que ofrezca una amplia mayoría o su abstención para formar un Gobierno en minoría muy débil. El último escenario dejaría a merced del Congreso la supervivencia de un futuro Ejecutivo. La suma de PP y Podemos en un momento dado podrían sacar adelante con éxito una moción de censura que expulse a Sánchez del hipotético Gobierno.