Renzi, que está buscando que la Comisión Europea le dé el máximo margen fiscal posible mientras prepara sus presupuestos de 2017, ha declarado que espera que los costes relacionados con el sismo sean excluidos de los límites de déficit presupuestario de la UE, señala Reuters. Sin embargo, no ha sido muy claro sobre si esos […]
Dirigentes Digital
| 24 sep 2016
Renzi, que está buscando que la Comisión Europea le dé el máximo margen fiscal posible mientras prepara sus presupuestos de 2017, ha declarado que espera que los costes relacionados con el sismo sean excluidos de los límites de déficit presupuestario de la UE, señala Reuters.
Sin embargo, no ha sido muy claro sobre si esos costes deberían incluir la inmediata ayuda y reconstrucción de las ciudades afectadas, o también los costes relacionados con un proyecto más amplio para hacer que los edificios en Italia sean más resistentes a terremotos.
"Estamos observando un mínimo de 4.000 millones de euros", declaró Renzi en su primera estimación sobre el alcance de los daños en las ciudades montañosas golpeadas por el sismo del 24 de agosto.
Renzi señaló que todo el dinero gastado en hacer a las escuelas italianas a prueba de terremotos sería excluido del Pacto de Estabilidad de la UE, que fija el límite de déficit de los miembros del bloque. Aún está por ver si la Comisión de la UE acepta esta posición.
Se espera que el Gobierno, que publicará sus nuevas previsiones económicas la semana que viene, podría incrementar bastante su objetivo de déficit en los presupuestos de 2017 desde la actual meta del 1,8% del PIB.
Bruselas dice que ha concedido a Italia una flexibilidad presupuestaria "sin precedentes" en los últimos años y está preocupada sobre la incapacidad de Roma de reducir su deuda pública, la más alta de la Zona Euro tras Grecia en porcentaje de PIB.
Renzi ha insistido en que las reglas fiscales de la UE deberían flexibilizarse y ha atacado a otros dirigentes por no reconocer que las políticas de austeridad han sido contraproducentes.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró días antes que ya se habían dado 19.000 millones de euros de "flexibilidad" en los presupuestos de 2016, en comentarios ampliamente interpretados en Italia como una señal de que podría ser reticente a garantizar un margen mayor para Italia el año que viene.