El contexto no era ni mucho menos idílico para acceder al cargo, después de tres programas de expansión cuantitativa (Q1, Q2 y Q3) que dispararon el balance de la Fed con más de 3 billones de dólares inyectados mediante la compra de deuda pública e hipotecaria. En 2013, último año de Bernanke al frente de […]
Dirigentes Digital
| 07 feb 2015
El contexto no era ni mucho menos idílico para acceder al cargo, después de tres programas de expansión cuantitativa (Q1, Q2 y Q3) que dispararon el balance de la Fed con más de 3 billones de dólares inyectados mediante la compra de deuda pública e hipotecaria.
En 2013, último año de Bernanke al frente de la Fed, EEUU registró un crecimiento del PIB del 1,3%. Ahora, se sitúa en el 5%, su mayor ritmo en 11 años. Pero la principal preocupación de la economía estadounidense sigue siendo la misma con Yellen que con su predecesor: la evolución del mercado laboral. Y de los salarios.
Hace un año, la tasa de desempleo se situaba en el 6,7%. Y en 12 meses ha bajado al 5,7% según las últimas cifras de enero. Es cierto que ha subido una décima frente al 5,6% de diciembre, pero los expertos coinciden en que se trata de un mero efecto estacional. Aún así, el dato sigue por encima del nivel en el que se encontraba cuando Bernanke tomó las riendas del organismo (por debajo del 5% en 2006).
A pesar de ello, el balance del primer año de Yellen al frente del organismo es muy positivo. También en términos bursátiles. Hace un año, el índice S&P 500 se situaba en 1.740 puntos. Ahora, sobrepasa los 2.000 enteros. Los expertos coinciden en que la Fed ha conseguido apoyar al mercado con una política de comunicación en la que ha empezado a preparar el escenario para la primera subida de tipos de interés sin provocar excesivas turbulencias. A pesar de la lucha interna entre halcones y palomas en el Comité del organismo.
Eso sí, aún quedan retos que superar. El primero de ellos cuándo se producirá la primera subida de tipos de interés en un entorno en el que habrá que combinar la difícil ecuación de baja inflación y crecimiento económico.
En la primavera del pasado año, la inflación empezaba a mostrar signos de repunte, subiendo del 1,6% en febrero al 2% en mayo. Sin embargo, Yellen supo mantener la calma y sus previsiones se cumplieron. Desde entonces, la inflación ha bajado de forma constante hasta ahora.
Los responsables de la Fed han querido dejar ver que la baja inflación no será un obstáculo subir los tipos de interés, en un contexto en el que la caída de los precios del crudo y la fortaleza del dólar la mantendrán por debajo del objetivo del 2% durante algún tiempo. Pero muchas voces apuntan ya a que será precisamente eso lo que retrase la decisión de Yellen, especialmente ante la presión de aquellos a los que les preocupa que la cifra haya estado por debajo del objetivo durante 31 meses consecutivos.
El llamado IPC subyacente, que excluye alimentos y energía, se mantuvo sin cambios en diciembre. Es la segunda vez desde 2010 en que el IPC subyacente no sube. Y en el conjunto de 2014, el IPC subyacente se elevó un 1,6%, el menor avance desde febrero.
Independientemente de la fecha elegida, Yellen pasará a la historia como la artífice de la primera subida de tipos desde junio de 2006. Pero lo hará con calma. La ‘paciencia’ es ahora la palabra clave de sus discursos. Desde Citi recuerdan que hay tres ideas que el organismo no debe perder de vista y que deben cambiar antes de que se produzca un cambio en la política de la Fed: la primera es que los mercados no están funcionando bien, con peligro de burbuja. La segunda es el fuerte debate sobre la situación del paro, con cuello de botella en algunos sectores; y la tercera, a juicio del experto, es la situación de la Unión Europea, Japón, etc. ya que no inspira a que se tomen decisiones.
Lo que sí está claro es que los errores del pasado (tanto en Estados Unidos como en Europa) nos indican que el regulador monetario estadounidense debe estar atento y subir los tipos en el momento oportuno. Los expertos tienen claro que en estos momentos el tiempo lo es todo. Y que el principal reto para Yellen en su segundo año de mandato, y tal vez el más importante, será normalizar la política monetaria de una forma que evite repetir lo que ocurrió entre 1937 y 1938, cuando después de años de fuerte crecimiento, la actividad económica se colapsó.