Japón ya es una potencia robótica, pero Abe quiere más y por eso ha pedido una "revolución robótica." Su gobierno lanzó un plan de crecimiento de cinco años para profundizar en el uso de las máquinas inteligentes en la industria manufacturera, las cadenas de suministro, la construcción y el cuidado de la salud, mientras que […]
Dirigentes Digital
| 14 sep 2015
Japón ya es una potencia robótica, pero Abe quiere más y por eso ha pedido una "revolución robótica." Su gobierno lanzó un plan de crecimiento de cinco años para profundizar en el uso de las máquinas inteligentes en la industria manufacturera, las cadenas de suministro, la construcción y el cuidado de la salud, mientras que el mercado de la robótica crece desde los 660 millones de yenes (5,5 millones de dólares) a casi 20.000 millones de euros en 2020.
"La escasez de mano de obra es un tema tan agudo que las empresas no tienen más remedio que aumentar la eficiencia", dice Hajime Shoji, jefe de prácticas tecnologicas de Asia-Pacífico en el Boston Consulting Group. "El potencial de crecimiento es enorme." En 2025, los robots podrían suponer un 25% de descuento en los costes laborales a las fábricas de Japón, según la consultora.
La automatización también tiene un enorme potencial para la distribución. El centro de distribución de 10.000 millones de yenes de Toho Holdings, que entró en pleno funcionamiento en enero, emplea a unos 130 trabajadores, más o menos la mitad de los empleados que hay en otras de tamaño similar. La productividad por trabajador es un 77% mayor gracias a los robots que manipulan un 65% de los artículos, señala a Bloomberg el mayorista de medicinas. "Hemos querido reducir las necesidades de personal mediante el uso de robots porque nos es difícil reclutar personas, incluidos los trabajadores a tiempo parcial", dice Mitsuo Morikubo, director general ejecutivo de la compañía.
Dentro de un edificio gris de tres pisos en Saitama, al norte de Tokio, cerca de 28.000 artículos tales como vacunas, alimentos líquidos y supositorios se almacenan. En el segundo piso impecable, un puñado de personas abre las cajas de cartón y sacan artículos. La destreza de los 16 robots es evidente cuando uno de ellos disminuye su brazo, deteniéndose justo por encima de una caja rectangular. Ocho ventosas se extienden hacia abajo, la agarra y la suelta en una de las tres cintas transportadoras estrechas. Dependiendo del tipo, tamaño y peso de un elemento, se altera la rapidez con que se mueve y donde pone el artículo. Los robots pueden recoger cerca de 10.000 artículos por hora con una precisión casi perfecta. Al ajustar la sincronización de las cintas transportadoras, todo el sistema puede mezclar diferentes productos y hacer los pedidos de los clientes individuales.
En esta compañía, los seres humanos manejan el trabajo menos agotador. Asuka Arai es uno de los trabajadores que también hace los pedidos, él utiliza de un dispositivo de mano para leer códigos de barras de productos. El escáner luego le dice cuántas cajas debe coger y dónde ponerlas.
Robots de Servicio
Japón ha sido un líder en robots de fábricas, especialmente en la industria del automóvil, desde hace décadas. Ahora, con China y Corea del Sur fabricando este tipo de máquinas automatizadas, el nuevo foco está puesto en los robots de servicio. Es un mercado que el gobierno pretende por 20, alcanzando los a 1,2 billones de yenes hasta el año 2020 mientras que planea también duplicar el tamaño del mercado de la fabricación.
Entre las empresas que impulsa este objetivo se encuentra por ejemplo Cyberdyne. Su traje biónico HAL detecta señales del cerebro del usuario que transmite a sus músculos y ayuda a los movimientos, lo que reduce el esfuerzo físico. Para los trabajadores de fábricas y de la construcción, significaría mucha menos tensión y esfuerzo físico, mientras que para los enfermos podría suponer una gran ayuda con la terapia física. Yoshiyuki Sankai, presidente de Cyberdyne, piensa robots no son una amenaza, sino una solución a los problemas sociales en Japón "Nuestro objetivo es hacer un nuevo mercado," señala Sankaim que añade: "La nueva era no vendrá sin acción. Alguien tiene que hacer que esto suceda".
HAL y otros sistemas de asistencia similares llegarán a Tokiwa Koutai, una empresa de manipulación de aluminio este otoño. Yutaka Tanikawa, que dirige la empresa de su abuelo, quiere aumentar la productividad, aliviar los dolores de espalda a sus trabajadores más mayores y, sobre todo, atraer empleados más jóvenes mediante la adición de un toque fresco a los puestos de trabajo de las fábricas sudorosas polvorientos. "De cara al futuro, todo apunta a una escasez de mano de obra", dice Tanikawa.
La compañía, con 64 empleados y dos fábricas en Tokio, se basa en los subsidios gubernamentales que cubren dos tercios del coste de un robot, ya que según Tanikawa alquilar un HAL cuesta unos 90.000 yenes al mes (700 euros).
Conseguir unos costes bajos es clave para generalizar el uso de robots de servicio. "Queremos reducir el coste de los robot a 100.000 yenes por unidad (700 euros), pero todavía cuestan 500.000 o hasta un millón de yenes. Aun así, algunas instalaciones están recurriendo a la automatización y maquinaria para aumentar la eficiencia y reducir la carga sobre sus trabajadores.