En la casa del embajador francés, Jerôme Bonnafont, se ha iniciado un calendario de encuentros económicos y tecnológicos con diversos líderes de la industria gala que se extenderán hasta el año que viene. Uno de los primeros tuvo como título "La evolución de las comunicaciones de empresa: Bienvenidos a la era de la nube personal", donde tuvimos ocasión de hablar con Jean-Clovis Pichon, CEO de
Lucent-Alcatel España y Portugal. Precisamente Pichon, que tomó posesión de su cargo ejecutivo hace 20 años justo un 2 de mayo (a lo que aún no se resiste de hacer alguna chanza), recordaba a los CIO allí reunidos que en los tiempos en que su anfitrión el embajador estaba destinado a la India, él era un bisoño recluta cumpliendo el servicio militar en esta misma embajada, en la que "casi" se siente como en casa, a la par que el subcontinente indio veía en las telecomunicaciones la palanca de poder saltar de la rueca de Gandhi a la mismísima carrera espacial. "Las comunicaciones nos dan la capacidad de estar en la primera línea del frente en la tecnología, dentro de la diplomacia francesa hemos acometido un cambio radical en todas nuestras delegaciones para aprovechar mejor sus más innovadoras prestaciones y disponer de la información con toda la exactitud en su secreto y en tiempo real", señalaba el embajador. "Lo mismo pasa en las
empresas cuando tratan de sus negocios. La confianza en tecnologías europeas y familiares es un acto absolutamente clave".
Y las paredes casi parecían que repitiesen "y patriótico" si no fuera porque el eco era un fenómeno imposible con sus magníficos tapices gobelinos, uno de los cuales recordaba cómo el Rey Sol se acercó hasta Hendaya para recibir a su futura esposa (y prima carnal por doble rama) María Teresa de manos de su padre el rey Felipe IV, manera simbólica entonces de firmar paces y alianzas en tiempos de crisis. "El mercado en España estos años ha sido como poco difícil y complicado, pero desde mi ventana estoy observando no una euforia pero sí estabilización, y tendencias alentadoras (salvo en el mundial de fútbol, claro) y cambios generacionales (no solo en los Borbones): a velocidad vertiginosa, que viene de los propios usuarios, que viene de nosotros mismos; un cambio radical en el uso de móviles, de redes sociales, de la nube…", comentaba Pichon. "Nuestros hijos son capaces de estudiar y wassapear o ver la tele y chatear a la vez. Luego entrarán a trabajar en las empresas, y éstas deberán estar preparadas para soportar todos esos hábitos y flujos. Por otro lado, se está virtualizando todo, esa es la tendencia, incluso las comunicaciones. La centralita se convierte en un software alojado en un datacenter; los modelos de "compro e instalo" están cambiando a uno de pago por uso de un servicio en un cloud. Todo esto impacta en las comunicaciones y en las infraestructuras, que deben ser capaces de entender hasta el nivel de la aplicación, de para qué sirve y se usa en cada caso".
Por favor, entonces un poco de perspectiva… ¿De dónde proceden Alcatel y Lucent, a dónde van…?
Somos básicamente una compañía de redes e infraestructuras para las telecomunicaciones, trabajamos tanto para corporaciones y pymes como para operadores y centros de atención. Somos una empresa muy innovadora, de hecho tenemos o hemos tenido entre nuestras filas hasta siete premios Nobel, en nuestro haber constan inventos como el transistor, el láser, el ADSL o el Unix.
En 2006 se creaba el grupo actual a partir de la fusión de dos grandes actores del sector, que representan dos ramas diferentes y complementarias, el suministro de infraestructuras de telefonía (Lucent) y la que yo aglutino de servicios para las empresas, una vez abandonado el negocio de consumo (Alcatel). Ha sido un proceso neutro: no había redundancias, ni dos tecnologías donde elegir, más bien una ventaja; reiniciamos los equipos humanos reintegrando ambas culturas. Por entonces, en Alcatel ya se habían dejado de fabricar teléfonos móviles; personalmente lo lamenté, nos daba presencia de marca, importante en el consumo. Fue en 2004 cuando vendimos la división de terminales móviles a una empresa china, que ha guardado la marca, de hecho sigue pagando el copyright cada año.
En 2013, hace un año, llega un nuevo presidente, Michel Cumbes, con una decisión estratégica bajo el brazo: nos debíamos enfocar en dos ejes: ultraband access (acceso por radio en 4G) y redes IP (virtualizado por web), y no estábamos. Contemplamos diversas opciones en nuestra evolución, de las tres posibilidades, la nuestra era: una, ser una división gestionada para obtener cash en Alcatel-Lucent; dos, ser vendida (y troceada) a un fondo privado de inversión; y tres, acabar en un fondo soberado como Huaxin, por fortuna se escogió esta última. Sabemos por experiencia que los fondos soberanos invierten para el largo plazo. Aceptamos su binding offer, un acuerdo que se establecía en la proporción 85/15: a cambio, 268 millones de euros desembolsados en metálico, no en deuda. Así que seguimos siendo un holding de derecho francés, que nos va a proporcionar la oportunidad de desarrollar los dos ejes que mencioné antes. Nos conocíamos bien ya, nuestro socio en China era la Shanghai-Bell, de la que es dueña. En Huaxin apenas son 30 personas, por lo que no van a estar metidos en el día a día de la operación comercial, técnica o de desarrollo. Por otro lado, aunque fabriquen indirectamente teléfonos, no creo que vayamos nosotros a volver a desarrollar nuevos terminales. Hay mucha competencia, y nosotros nos hemos alejado de los usuarios finales. Lo cual no quita que sí nos pudiésemos posicionar con apps que corran sobre los actuales teléfonos inteligentes.
Cómo se afronta la revolución del vídeo sustituyendo la voz en las comunicaciones interpersonales, donde las videoconferencias se están imponiendo en el mundo corporativo…
Estamos observando el mercado y su evolución. Nos viene de los usuarios que están cambiando el panorama con el uso de los dispositivos móviles: se venden más teléfonos que ordenadores, las curvas se han cruzado; el uso de las redes sociales está cambiando la forma de las comunicaciones persona a persona; el uso de la multimedia está más acentuado en las nuevas generaciones nativas digitales, el medio que más les gusta es el vídeo. Esta transformación supone una revolución del usuario. Pero mejor es la dictadura del usuario que no la del ingeniero que piensa por ti. Son los usuarios los que decidimos el éxito o el fracaso de una tecnología, y sobre todo, las dos cosas que el usuario pide siguen siendo sencillez (que sean muy fáciles de usar) y ergonomía (la misma es un medio, y hace que sea más importante la aplicación que el dispositivo en la que corre).
Todo esto impacta en las comunicaciones de las empresas. La transformación tecnológica está evolucionando hacia la nube y la virtualización, lo que afecta al despliegue, al mantenimiento y a la actualización de los equipos e infraestructuras. En este escenario, la tecnología AFN [application fluent network] es fundamental: es la facilidad que permite a la red entender hasta la aplicación gracias a etiquetas. Por ejemplo, en los flujos de vídeo de un hospital, si no se analizan para qué sirve cada uno, todos se tratarían de la misma forma pudiendo originar cuellos de botella. Pero no es lo mismo la televisión por cable de la habitación, que un médico mirando en su ordenador una radiografía del historial, que un cirujano en tiempo real que tiene que consultar una duda en el quirófano. Es obvio que no tienen nada que ver su prioridad en la red, y nuestro logro es que sean las mismas infraestructuras a nivel "cable" las que sepan discernir su importancia y dar prioridad. Estamos ante la época de los llamados flujos elefante y flujos ratón.
Esto también afecta al modelo de negocio. La tendencia al BYOD marca una tensión entre cómo prefiere trabajar los empleados, y las herramientas que proporcionan los departamentos TIC…
Estamos en las dos partes, en software para sistemas de comunicaciones virtualizadas y en hardware con plataformas y equipos. Todo tiene impacto sobre las infraestructuras y debemos sostener estos flujos. Es cierto que se están multiplicando las arquitecturas BYOD [bring your own device] dentro de las empresas, en los que los usuarios prefieren trabajar con sus propios dispositivos, por lo que hay que entender esos flujos y prioridades para su correcta gestión.
Las tecnologías de radio tienen tendencia a saturarse, eso siempre lo he vivido. Por mucho que se mejore el ancho de banda, siempre acaba habiendo más usuarios que soportar. Aquí los nuevos estándares mejoran el ancho de banda e incrementa su uso, aunque lo importante es el acceso unificado, que sea transparente para el usuario, incluso el cambio de una red cableada o inalámbrica. Claro que sin transigir la seguridad, para poder gestionar incluso las personas de visita que vengan de fuera, o para poder pasar de una videollamada en el escritorio del ordenador al de la sala de reuniones sin tener que colgar…
Sin duda, los modelos de negocio están también cambiando aceleradamente: el cómo lo consumes. Del tradicional: yo compro, instalo, mantengo y soy propietario, estamos pasando al actual: pagar por un servicio, pagar por un uso. De este modo, la empresa tiene las aplicaciones y servicios situados en la red de un proveedor de servicio, y sólo paga mensualmente por su uso. El resultado es que la centralita digital, lo que antes podía ser la caja negra de la empresa, se ha llevado a la nube, virtualizada por software.
