"El programa, tal y como está planteado, no va a solucionar los problemas de Grecia", indica Arroyo. Es decir, para la firma, la situación actual es positiva para el mercado en el corto plazo, pero advierten que "no se puede obviar cualquier escenario". Según explica el experto, "o se incluye un proceso de reducción de […]
Dirigentes Digital
| 16 jul 2015
"El programa, tal y como está planteado, no va a solucionar los problemas de Grecia", indica Arroyo. Es decir, para la firma, la situación actual es positiva para el mercado en el corto plazo, pero advierten que "no se puede obviar cualquier escenario".
Según explica el experto, "o se incluye un proceso de reducción de la carga de deuda o una quita, o es muy posible que hablemos de un cuarto programa de rescate o aumente la posibilidad de una salida del país del euro", aunque consideran que actualmente ese escenario cuenta con una probabilidad muy baja.
"Hay que tener en cuenta que ya se está reconociendo que la viabilidad del programa es tremendamente difícil, también por la falta de apoyo popular, y me extrañaría que la probabilidad de la salida del euro no vuelva a discutirse nunca", advierte.
A juicio de Arroyo, el posible efecto contagio a otras economías y mercados está bastante limitado. Primero, por el reducido peso de Grecia en el PIB europeo. Sin embargo, reconocen desde la firma que el impacto del entorno actual podría restar entre 50 y 60 puntos básicos a la región este año. "Se esperaba un crecimiento del 2,5% y ahora podría ser del 1,75% para recuperar de nuevo el año que viene", indica Arroyo.
Contagio limitado
Es cierto que los mercados, incluidos los periféricos, han demostrado una fortaleza total frente a la crisis griega. A pesar de las turbulencias, han conseguido mantener los niveles previos al referéndum. Según explica Arroyo, tres motivos se encuentran detrás de la resistencia de las Bolsas europeas. Y son motivos que vienen de lejos. El primero, el proceso de unión bancaria. El segundo, el mecanismo de estabilidad y, por último y más importante, "el arsenal de medidas del Banco Central Europeo (BCE), que ha conseguido devaluar la divisa, un rebalanceo hacia los activos de riesgo y una mayor fortaleza en los balances de los bancos", indica el experto.
De hecho, Arroyo no descarta que, de prolongarse la incertidumbre helena hasta el punto de que otros mercados se vean más afectados, "lo más probable es que el BCE tome cartas en el asunto, con más compras mensuales en bonos periféricos o incluso aumentando el tamaño o el periodo de aplicación del QE".
Con el permiso de Grecia, los bancos centrales seguirán siendo absolutos protagonistas de los movimientos del mercado, especialmente en EEUU, donde JP Morgan prevé la primera subida de tipos, de 25 puntos básicos, en el mes de septiembre. Son de las pocas firmas que no han retrasado las expectativas, aunque reconocen que "el mercado no termina de creerse lo que dice la . "Con la economía creciendo al 2,5%, es necesaria una subida de tipos", explica Arroyo.
Implicaciones para la inversión
Bajo este escenario, desde JP Morgan AM siguen apostando por la renta variable de los mercados desarrollados. En Europa y EEUU hay que estar, pero Arroyo ve especial potencial en Japón, gracias a una mejora en las condiciones económicas y unas valoraciones atractivas pese a las recientes subidas en el mercado.
"Estimamos un buen comportamiento en el crecimiento de beneficios, y hay que tener en cuenta los cambios en la asignación de cartera que el fondo de pensiones del país está llevando a cabo", indica el experto. Y es que la renta variable, tanto doméstica como internacional, tendrá más peso ahora en esta inmensa cartera de inversión, convirtiendo a este fondo "en el dueño del 6% del mercado".
En renta fija, los expertos siguen sin ver grandes oportunidades en deuda gubernamental. En corporativa, mantienen preferencia por el investment grade, "pero hay que tener mucho cuidado con la duración, gestionando activamente esta categoría". Para aquellos que no estén dispuestos a cumplir estos requisitos, aconsejan apostar por el segmento high yield. "El mercado europeo, mejor que el americano, por su menor exposición al sector energético, que es algo que los gestores miran mucho actualmente", indica Arroyo.
Dentro de Europa, a JP Morgan AM también le gusta el mercado español. Aunque insiste en que "lo fundamental es que se siga observando una mejora en los beneficios empresariales". Y aquí, el sector financiero puede jugar un papel protagonista. En general, la firma considera que "los valores cíclicos están más baratos que los defensivos", después de que muchos inversores hayan entrado en este último segmento del mercado, al ser empujados hacia la renta variable por la escasa rentabilidad ofrecida en otros activos.
El peligro de asumir más riesgo… o de no hacerlo
"Nos gusta la renta variable no solo porque los tipos de interés estén bajos y la mayor parte del universo de renta fija está ofreciendo rentabilidades negativas. Somos inversores con un análisis fundamental, y vemos una economía que crece a nivel global, y que hay crecimiento de beneficios y valoraciones aún atractivas", explica Arroyo.
Aún así, reconoce que hay que ser muy selectivos y tener muy en cuenta el perfil de cada inversor. "La ironía de la situación actual es que hay mucha gente que piensa que tiene una cartera muy conservadora, y en realidad tiene mucho más riesgo del que percibe".
Según explica, la duración es el principal problema de muchos inversores que mantienen una exposición enorme a renta fija. "Ahora tienen la sensación de tener una cartera muy conservadora, con bonos de países de elevado rating, pero lo que realmente tienen es una probabilidad muy elevada de perder una parte muy importante por subida de tipos de interés. Hay que saber gestionar este escenario", advierte Arroyo.