Los principales índice bursátiles europeos cerraron ayer a la baja, en una sesión de continuos cambios de sentido, en la que se pudo apreciar cierta mejoría en el sentimiento de los inversores, propiciada ésta por la actuación o las declaraciones de los distintos bancos centrales. Así, y a pesar del hecho de que la jornada […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Los principales índice bursátiles europeos cerraron ayer a la baja, en una sesión de continuos cambios de sentido, en la que se pudo apreciar cierta mejoría en el sentimiento de los inversores, propiciada ésta por la actuación o las declaraciones de los distintos bancos centrales. Así, y a pesar del hecho de que la jornada precedentes los principales índices de Wall Street experimentaran el mayor giro intradía a la baja de su historia en términos de puntos, los sucesivos anuncios de medidas por parte del Banco Popular de China, con objeto de revitalizar el crecimiento económico del país y tranquilizar a los inversores en los mercados de valores chinos, y el rebote que experimentaron durante la madrugada algunos de las bolsas asiáticas más importantes, como la de Tokio, impidió que a la apertura las bolsas europeos se volvieran a desplomar, a pesar de que abrieron claramente a la baja. Posteriormente, el buen comportamiento que mostraban los futuros de los índices estadounidenses y, sobre todo, las declaraciones de algunos miembros del BCE (si el martes fue el vicepresidente Constancio ayer fue el Economista Jefe de la institución, el alemán Praet) mostrando su preocupación por el comportamiento futuro de la inflación en la región del euro y "amenazando" con más medidas de expansión monetaria de ser éstas necesarias, permitieron a los principales índices bursátiles de la región del euro recuperar bastante del terreno perdido durante las primeras horas de la sesión, llegando, incluso, tras la apertura de Wall Street, a ponerse en positivo por un corto periodo de tiempo. No obstante, durante los últimos minutos de la sesión el retroceso puntual que experimentaron los índices estadounidenses, que cedieron gran parte de lo ganado tras la apertura, hizo temer a los inversores en Europa un nuevo giro a la baja de la bolsa estadounidense, por lo que se decantaron nuevamente por las ventas, lo que llevó a los principales índices bursátiles de la región a cerrar la jornada con pérdidas que rondaron el 1,5%.
Wall Street, por su parte, tuvo un inicio de sesión claramente alcista, hecho en el influyeron tres importantes factores: i) el elevado nivel de sobreventa de muchos valores; ii) las múltiples revisiones al alza por parte de los analistas de recomendaciones de valores muy castigados en los últimos días; y iii) los comentario del presidente de la Reserva Federal de Nueva York, Dudley, en el sentido de que ahora veía "menos convincente" que hace unas semanas la posibilidad de que la Reserva Federal de EEUU (Fed) inicie el proceso de normalización de su política monetaria (comience a subir sus tipos de interés de referencia a corto plazo) en septiembre. Este comentario es justo lo que los inversores quería oír, sobre todo después de que la mayoría de las cifras macro que se están publicando muestren una economía estadounidense en franca mejoría, lo que, en teoría, debería animar al banco central de Estados Unidos a iniciar la normalización de su políticas. En este sentido, señalar que ayer se supo que los pedidos de bienes duraderos subieron con muchas fuerza, muy por encima de lo esperado, en el mes de julio, impulsados por la inversión empresarial, algo muy positivo para esta economía. No obstante, durante una fase de la sesión los índices estadounidenses titubearon, lo que hizo pensar a muchos inversores que se repetiría la historia de la jornada precedente. Sin embargo, durante las últimas horas de la sesión se impusieron claramente las compras, lo que llevó a los principales índices a cerrar con fuertes avances, los mayores en una sola sesión desde 2011.
Por tanto, una vez más, los bancos centrales han acudido al rescate de los mercados, bien con hechos, como en el caso del Banco Popular de China, o con declaraciones (BCE y Fed) del agrado de unos inversores que muestran a diario su gran dependencia del "dinero abundante y barato" que propicia las actuales políticas monetarias expansivas de los distintos bancos centrales y que, como verdaderos "yonkis", reaccionan de forma virulenta cuando piensan que éstas pueden cambiar.
Hoy esperamos que las bolsas europeas cojan el testigo de Wall Street y abran con fuerza al alza. La "aparente" estabilización de los mercados de valores asiáticos y la recuperación experimentada por el dólar frente al euro en la sesión de ayer ayudará a ello. Posteriormente, y como ocurrió ayer, será nuevamente Wall Street el que "marque el paso" a estos mercados. En este sentido, señalar que en Estados Unidos se dará a conocer hoy una importante batería de datos macro, entre los que destacaríamos la segunda revisión del PIB del segundo trimestre, las ventas pendientes de viviendas de julio y los datos de paro semanal. Esperamos que todos ellos sirvan para confirmar que la recuperación de esta economía sigue en marcha. No obstante, quizás lo más relevante sea el inicio en Jackson Hole, Wyoming, del simposio que anualmente organiza la Reserva Federal de Kansas y en el que intervendrán en los próximos días varios miembros de la Fed. Sus opiniones sobre la política monetaria del banco central de Estados Unidos serán seguidas muy de cerca por unos inversores que intentarán determinar si la posibilidad de que la Fed inicie el proceso de subidas de tipos en septiembre sigue siendo real. Los mercados, por tanto, reaccionarán en consecuencia.
Link Securities.