Bizbarcelona 2015. Miles de asistentes de entre 25 y 50 años. Hombres y mujeres. Jefes y socios. Pymes y startups. Camisetas y corbatas. En los dos pabellones de la Fira de Barcelona habilitados para la ocasión no faltaba de nada: expositores, comida, bebida, espacios de co-working, zona de relax, pantallas gigantes y hasta un deejay […]
Dirigentes Digital
| 03 jul 2015
Bizbarcelona 2015. Miles de asistentes de entre 25 y 50 años. Hombres y mujeres. Jefes y socios. Pymes y startups. Camisetas y corbatas. En los dos pabellones de la Fira de Barcelona habilitados para la ocasión no faltaba de nada: expositores, comida, bebida, espacios de co-working, zona de relax, pantallas gigantes y hasta un deejay pinchando electrónica. Pero la mayoría de asistentes tenían otro objetivo principal: ver y escuchar a los conferenciantes convocados, que iban desde altos cargos empresariales, hasta famosos de la tele, pasando por autores de libros y reconocidos coaches.
Ciertamente, la magnífica parrilla de conferencias tocaba todos los temas, divididos entre los verticales que vertebran la feria: visión, pasión y ejecución, y en ella estaban representados todos los agentes del mundo empresarial, tanto públicos como privados: centros formativos como ESADE, IESE, La Salle o la UPC; aceleradoras como Barcelona Activa o BCN Accelerator; varios colegios oficiales como el de politólogos y sociólogos de Cataluña, el de agentes comerciales de Barcelona o el de diseño gráfico de Cataluña, empresas privadas de la talla de La Caixa o Airfrance…
Si algo quedó claro es que la mayoría de profesionales, hartos de charlas aburridas que nadie escucha, han aprendido a comunicar sus ideas lejos de monsergas teóricas, con ejemplos claros basados en sus experiencias, y sin dividir la empresa de la vida. A continuación, algunas enseñanzas de los principales ponentes del Bizbarcelona 2015.
Albert Riba: "El proyecto tiene que ponernos cachondos"
El experto en intraemprendeduría y socio de InPreneur comparó la empresa con un encefalograma. "Si buscas la línea recta, morirá. La estabilidad en tu empresa es la muerte", llegó a decir. "La realidad es subir y bajar. La vida", explicó, "se encuentra en las subidas y las bajadas". El emprendedor reconoció que, en su caso, hubo dos bajadas muy claras: su fracaso académico a los 20 años y una parálisis cerebral a los 38. Riba aseguró que las dos le sirvieron para entender que estaba haciendo algo mal y al final, el fracaso de los 20 le ayudó a saber que su forma de aprender no era sentado en un aula, y la enfermedad de los 38 le avisó de que el cuerpo le pedía frenar. "Uno de los mayores problemas del emprendedor es el exceso de acción", dijo a los asistentes. "Estás ocupado produciendo, y entonces planificas mientras ya estás produciendo. Pero nadie sabe pensar en movimiento", avisó. Para conseguir buenos resultados en una empresa, hay que aplicar el plan de "las 4 pes" en el siguiente orden: pensar, priorizar, planificar, producir. "Y no al revés como hacen muchos. Todo explota si lo haces al revés. Si tú no tomas conciencia de tu ciclo vital, ocurre algo que te para", alertó el experto.
Además de las 4 pes, recomendó las 4 palabras terminadas en -ión relacionadas con emprender: visión (ser realistas), pasión (el proyecto ha de "ponernos cachondos" para que nos mueva a superarnos), acción (ya que sin momentos de acción no se aprende; hay que salir de la zona de confort) y solución (cualquier proyecto debe servir para solucionar un problema real).
Y también hubo tiempo para los experimentos. Riba subió al escenario a dos voluntarios. A uno le pidió que sujetara un papel fuertemente con las dos manos y al otro que con su mano en ese papel tenso intentara romperlo apretando con la palma. Tras muchos esfuerzos y unos 15 segundos, el papel se rompió. Después les dio otro papel que sujetar pero le pidió a la segunda persona que esta vez, en vez de apretar con la palma, lo hiciera con la punta de un dedo. Lo que pasó fue que en un solo segundo el papel se rasgó. Moraleja: el enfoque es lo más importante.
Juanma López Iturriaga: "¡Huid de los apenados!"
El subcampeón olímpico de baloncesto habló de que el emprendedor debía ir "en busca de la energía triunfante". "Le he estado dando vueltas al concepto de energía", reconoció Iturriaga. "Emprender tiene un coste energético brutal y necesitamos una energía determinada, pero no cualquiera. Yo vi a un equipo en Brasil que salió al campo con mucha energía, pero era porque estaban aterrorizados. En los momentos clave del partido no les llegaba la camisa al cuerpo, a los pobres. Esa energía no interesa a nadie", concluyó.
También añadió que, para triunfar, nuestro objetivo ha de tener grandeza. le preguntó a una señora de la limpieza que trabaja en la NASA: ‘¿Cuál es su función?’. A lo que ella contestó: .Yo ayudo a que el hombre llegue a la luna’. ¡Eso es visión! Así que a partir de ahora, no digamos que hacemos aplicaciones móviles sino que estamos cambiando el mundo. La grandeza nos permite crear ilusión", reflexionó.
Esta ilusión, según el televisivo deportista, tiene tres enemigos. El primero es la nostalgia: "El otro día mi hija universitaria suspiraba porque echaba de menos el colegio. Luego cuando trabajas recuerdas lo buena que era tu vida de estudiante, cuando te casas recuerdas lo bien que estabas soltero y cuando tienes hijos recuerdas lo bien que estabas casado y sin niños. Cada etapa tiene lo suyo, no es cierto que en la anterior fuera todo bueno", aseguró tajante. El segundo enemigo es el victimismo. "Está esa gente a la que yo llamo apenados. Todos les va mal. Si hay mucho trabajo dicen que se cansan y si hay poco, que se aburren. Llegan a la máquina del café y nos vomitan toda su negatividad. ¡Huid de los apenados!", aconsejó. Y el tercer enemigo para Iturriaga es el miedo al futuro: "A veces somos boicoteadores profesionales. Hay que ganarle la batalla al trol interior que te dice que todo va a salir mal", indicó.
André Vanyi-Robin: "He fracasado, ¿y qué?"
Los participantes en la charla de Failcon llegaron a la feria con un objetivo claro: desdramatizar el fracaso empresarial, y llenaron las mentes de los asistentes con frases en las que pensar. André Vanyi-Robin, CEO de Param 24-7XS y autor del libro "He fracasado, ¿y qué?", ilustró a los presentes con la siguiente frase: "En general, el éxito embrutece. Pensamos en nuestro éxito y ya está, está todo bien, por lo que la reflexión mengua. El fracaso sin embargo nos lleva a pensar más lejos. El fracaso es el abono del crecimiento", reflexionó. Vanyi-Robin explicó un truco para superar emocionalmente un fracaso: imaginar que somos famosos y pensar cómo quisiéramos que ese episodio apareciera en la portada de los periódicos. Hay dos opciones: "André Vanyi-Robin es un fracaso, está ahora mismo en su esquina, en el suelo, con la luz apagada, y la verdad es que lo está pasando mal" o "André Vanyi-Robin ha fracasado en su proyecto, está en la calle, intentando hablar con unos y otros, para intentar explicar qué ha pasado, aprender y buscar nuevas oportunidades para tirar para adelante". El CEO confesó que así es como él lo haría: en el futuro, en la primera página del periódico, y léase el titular que usted quisieras leer de sí mismo de la época en que fracasó. Y acuérdese de que a lo mejor los demás también lo leerán".
Eso sí, el conferenciante reconoció que la edad importa: "El fracaso tiene una curva inversa. Si es usted joven, no se preocupe por nada y tírese a la piscina con su idea y, si fracasa, no pasa nada, continúe. Si ya no es tan joven, prepare su fracaso, enfóquese en la preparación del fracaso y, luego, tírese."
María Belón: "Los valientes son los cagados que siguen adelante"
Esta española superviviente al Tsunami cuya historia inspiró la película "Lo imposible", llegó a la feria dispuesta a explicar los aprendizajes que le trajo aquella gran ola, muchos de ellos aplicables al mundo de la empresa. "Lo imprevisible siempre llega cuando la oportunidad está olvidada. El tsunami llega cuando y como le da la gana", advirtió a los emprendedores presentes, antes de aconsejar que lo mejor, tras el desastre, es mantener la cabeza fría. "En el peor momento hay que tomar decisiones racionales, porque el futuro puede depender de estas decisiones. En nuestro caso, daba la casualidad que mi hijo había estudiado a fondo los desastres naturales hacía tan solo dos meses y, mientras íbamos en la ola, me iba explicando cosas, como que podían venir más olas o que debíamos tener cuidado con la resaca. Es esa información la que puede marcar la diferencia, como saber en un incendio por dónde es mejor escapar, si por las escaleras o por la azotea. En ese momento de máxima tensión, tomar la decisión correcta basada en la información que tienes te salva la vida", explicó tajante.
María Belón también habló sobre el valor: "Yo siempre había temido a los tsunamis. Hasta que les hice frente", ilustró. Y es que, según esta superviviente, "los valientes son los cagados de miedo que siguen adelante".
Estas charlas que pudieron verse en el Bizbarcelona los días 1 y 2 de julio de 2015 podían resumirse en que racionalidad y pasión han de ir de la mano si queremos conseguir un buen plan de negocio. "Estas son las dos cualidades que tienen en común grandes como Steve Jobs o Vicente Ferrer. Emprendedores que han dejado un legado, un trocito de ellos mismos en el bolsillo de cada miembro de su equipo. Esa es la chispa que hace que todos quieran ser ellos y trabajar en su empresa", concluyó Albert Riba.
