Los grandes bancos de Wall Street han ido preparando el terreno para presentar unos resultados decepcionantes en el primer trimestre del año. Las turbulencias desatadas en enero en el mercado han perjudicado seriamente su actividad impidiendo que hagan caja con emisiones de deuda, fusiones y salidas a bolsa. JP Morgan adelantó en febrero que los […]
Dirigentes Digital
| 12 abr 2016
Los grandes bancos de Wall Street han ido preparando el terreno para presentar unos resultados decepcionantes en el primer trimestre del año. Las turbulencias desatadas en enero en el mercado han perjudicado seriamente su actividad impidiendo que hagan caja con emisiones de deuda, fusiones y salidas a bolsa. JP Morgan adelantó en febrero que los ingresos por comisiones estaban cayendo un 25%, afectado por la mala evolución de la renta fija. Citi dijo que en enero los ingresos se habían desplomado otro 25% en banca de inversión y un 15% en banca comercial.
Las entidades estadounidenses están sufriendo la tormenta perfecta. Por un lado, por primera vez desde hace mucho tiempo el negocio de la banca de inversión flaqueará por las malas condiciones del mercado. Por otro lado, la mayoría entidades todavía registrará en sus cuentas los desaguisados judiciales que llevan golpeando al sector. Y para rematar los bajos tipos de interés siguen presionando a la baja los márgenes en las firmas más expuestas a la banca tradicional como Citi o Wells Fargo.
Durante las últimas sesiones las acciones de los principales cotizan a la baja esperando malos resultados. El sector está presionado por el cambio de planes de la Reserva Federal de adaptar la subida de tipos anunciada a la recuperación económica y a la estabilidad de los mercados.
El consenso del mercado espera que hoy JP Morgan publique un descenso del beneficio del 13%. Mañana será el turno de Wells Fargo y Bank of America y el viernes publicará Citigroup. A la próxima semana lo harán Morgan Stanley y Goldman Sachs.
Los analistas también estarán atentos a las provisiones que realizarán las entidades por el impacto del bajo precio del petróleo. JP Morgan ha anunciado que ha elevado sus dotaciones en 1.500 millones de dólares, mientras Wells Fargo anunció que esperaba pérdidas en su cartera de préstamos al sector energético. Por su parte, Morgan Stanley indicó que el 40% de su cartera de créditos de energía estaba en niveles de bonos basura.