"Cada vez hay más clientes de banca privada interesados en el mercado de fondos cotizados". Es la comidilla en los corrillos y presentaciones de las gestoras que han encontrado en estos productos todo un filón para ampliar la gama de productos ofrecida a sus clientes de elevados patrimonios, a pesar de que la gestión activa […]
Dirigentes Digital
| 25 sep 2014
"Cada vez hay más clientes de banca privada interesados en el mercado de fondos cotizados". Es la comidilla en los corrillos y presentaciones de las gestoras que han encontrado en estos productos todo un filón para ampliar la gama de productos ofrecida a sus clientes de elevados patrimonios, a pesar de que la gestión activa sigue dominando las recomendaciones de los expertos.
No solo ocurre en Europa. Según un estudio realizado por la consultora Cogent Research en EE UU "desde 2007, la proporción de asesores financieros que recomiendan ETFs ha aumentado del 46% hasta el 73% actual (datos de 2013)".
Del mismo modo, la asignación de activos de asesores utilizando fondos cotizados subió del 5% al 12% en 2013. Y lo más importante. Por primera vez, los asesores declaran que la posibilidad de invertir el dinero en ETFs iguala a la de los fondos de inversión tradicionales. No solo en EE UU. Tras un inmejorable mes de agosto para la industria, los activos totales gestionados en este tipo de productos se incrementaron en Europa hasta los 346.000 millones de euros, un 20,2% superior que al cierre de 2013.
"Es un hecho. Cada vez hay mayor interés de la banca privada en este negocio", explican fuentes de BlackRock. En este sentido, los proveedores de ETFs se están centrando en lanzar cada vez más productos para aquellos que deseen invertir en un segmento muy específico del mercado.
Gestión activa y pasiva
Morningstar se ha sumado a esta tendencia del mayor interés inversor lanzando su primer sistema de clasificación sobre productos cotizados (incluidos ETFs) de beta estratégico. La firma define este "strategic beta" como una clase de productos de inversión que siguen índices que buscan bien mejorar el rendimiento, bien alterar el nivel de riesgo respecto de un benchmark estándar. Es decir, "un segmento del mercado a medio camino entre la gestión activa y la gestión pasiva que ha experimentado un rápido crecimiento".
Ben Johnson, director de análisis de estrategias pasivas de Morningstar, explicaba en la presentación de este nuevo servicio "la necesidad para definir, medir y analizar el universo de beta estratégico, que ha aumentado a medida que los inversores han acudido a estos productos y éstos se han vuelto más complejos".
Así, reconoce que los inversores necesitan llevar a cabo el mismo grado de due diligence a la hora de evaluar estos productos que el que harían con gestores de gestión activa. Y además de este tipo de herramientas, el papel de los gestores de banca privada es básico para que sus clientes entiendan este tipo de operaciones, a mitad de camino entre la gestión activa y la pasiva.
A fecha 30 de Junio 2014, Morningstar ha identificado a 673 productos cotizados de beta estratégico en su base de datos, que representan aproximadamente unos 396.000 millones de dólares en activos a nivel mundial.