El objetivo, y una vez echado abajo el atractivo del secreto bancario que había elevado a Suiza a la cúspide de la banca privada internacional, es estrechar relaciones con los clientes europeos, cumpliendo con las nuevas normativas del continente. Nombres de unidades de banca privada de firmas como Pictet o Lombard Odier se encuentran entre […]
Dirigentes Digital
| 21 sep 2015
El objetivo, y una vez echado abajo el atractivo del secreto bancario que había elevado a Suiza a la cúspide de la banca privada internacional, es estrechar relaciones con los clientes europeos, cumpliendo con las nuevas normativas del continente. Nombres de unidades de banca privada de firmas como Pictet o Lombard Odier se encuentran entre los que han decidido expandir sus negocios en Luxemburgo en los últimos años.
De hecho, y según datos recopilados por Bloomberg a partir de estadísticas del regulador financiero (CSSF), el número de bancos suizos en Luxemburgo asciende ya a 12, solo superado por los 26 de Alemania o los 15 de Francia. Le sigue Italia con 10 entidades. Las estadísticas apuntan a 51 en el caso de "otros", que engloba entidades de China, Reino Unido y EEUU.
El país lleva años superando a Londres y Frankfurt en la lucha por ser el centro de la industria de gestión de activos europea. El pasado año, el patrimonio de los fondos domiciliados en Luxemburgo (más de 3.900) superó por primera vez los tres billones de euros. Se trata de un incremento del 14,97% en 2014 que la Asociación de la Industria de Fondos de Luxemburgo (ALFI) atribuye principalmente a las ventas netas.
Bajo este escenario, la banca privada de países como Suiza, en tensas relaciones con la Unión Europea, busca en Luxemburgo su refugio para atender a sus clientes del Viejo Continente. Según datos recopilados por Bloomberg, Credit Suisse ha agrupado sus negocios en Francia, Austria y Portugal y Grecia bajo su unidad en Luxemburgo, además de ofrecer servicio a los clientes de otros países desde allí. Lombard Odier, por ejemplo, ha incrementado el número de profesionales hasta formar un staff de 100 empleados, frente al par de docenas que estaban presentes allí hace apenas cuatro años. Otras firmas como Pictet también han crecido en este sentido, y ya cuentan con 400 empleados a cierre de junio, frente a los 326 que mantenían en el país en 2010.
Adiós a los modelos tradicionales
Tal y como explica Brent Beardsley, coautor del último Global Wealth Report 2015 elaborado por Boston Consulting Group, "el clima regulatorio, un entorno de inversión más complejo, la demanda de los clientes, la evolución tecnológica y otras tendencias muy exigentes, están agotando los modelos tradicionales". A su juicio, "a medida que el ritmo y la magnitud del cambio se intensifica, los gestores deben cambiar su forma de pensar hacia un modelo más estratégico".
En este cambio, las gestoras deben tener muy en cuenta que la riqueza global en la industria offshore (aquellas distintas al de la residencia fiscal de los inversores) ha crecido a escala global un 7%. Y los principales centros de este segmento pueden sufrir drásticos cambios en los próximos años.
Según la consultora, "Suiza debe reinventarse de cara al futuro para resistir la amenaza del rápido desarrollo de centros offshore en Asia", un lugar muy demandado ahora por los patrimonios. De hecho, apuntan a Singapur y Hong Kong como principales rivales del país en esta industria. "Estas dos regiones, que representan el 16% de los activos offshore globales en 2014, podrían crecer un 9% anual en los próximos cinco años", explican desde la firma.
mismo modo, otros competidores vienen pisando fuerte en la industria, con Reino Unido creciendo un 11%, mientras otros países como Luxemburgo permanecen con cifras estables, también en las previsiones para los próximos cinco años.