"Cerrado" desde el pasado 29 de junio, el índice de referencia griego acumulaba descensos superiores al 3% en el año e hizo su último movimiento en los 797,52 puntos. Se esperaba poner fin a este "receso" (el más largo desde la década de los 70) este jueves, pero, según ha explicado una portavoz de la […]
Dirigentes Digital
| 30 jul 2015
"Cerrado" desde el pasado 29 de junio, el índice de referencia griego acumulaba descensos superiores al 3% en el año e hizo su último movimiento en los 797,52 puntos. Se esperaba poner fin a este "receso" (el más largo desde la década de los 70) este jueves, pero, según ha explicado una portavoz de la Bolsa de Atenas, los problemas técnicos que deben resolver las entidades financieras para adaptar la operativa a las restricciones.
Limitaciones que, según se ha filtrado, pues el Ministerio de Finanzas aún no ha hecho público el comunicado oficial, afectarán principalmente a los inversores locales, pues los extranjeros deberían poder operar con normalidad. En concreto, los primeros podrán comprar acciones con el efectivo del que disponen, pero no retirar dinero de sus cuentas bancarias para hacerlo, o con capital procedente de fuera del país. Por tanto, los bancos deben preparar nuevas "cuentas de inversión" para adaptarse la situación.
La apertura del mercado de valores sería un paso significativo en la vuelta a la normalidad (relativa) de Grecia tras el "corralito" y todo el maremagno de negociaciones que han derivado en un principio de acuerdo para implementar un tercer rescate por importe de 86.000 millones de euros, cuyo primer desembolso podría llegar a finales de agosto.
En este sentido, los expertos reconocen de forma generalizada que supondría un importante avance y enviaría una positiva señal a los mercados mundiales, sin embargo, también temen que se produzca un crash, ante las elevadas incertidumbres que aún permanecen en torno a la debilitada economía helena (se prevé una contracción del crecimiento del 3% para este año), las conversaciones con los acreedores y la propia inestabilidad política del país.
Así, más allá de los limites en la propia operativa, se espera que los bancos permanezcan suspendidos de cotización. Cabe destacar que antes del cierre del mercado, el National Bank of Greece, principal entidad helena, acumulaba ya pérdidas del 30% en el último mes. Mientras tanto el fondo cotizado (ETF) en Estados Unidos unidos que es la única referencia que se mantiene en "movimiento" desde la clausura de la Bolsa de Atenas, ha caído un 18% desde el 29 de junio. Llama la atención que, hasta entonces, el fondo recibió 281.000 millones de dólares en el año, alcanzando un máximo histórico de 367.000 millones justo antes del cierre.
"La reapertura del mercado sin duda enviará una señal positiva de la lenta vuelta a la normalidad de Grecia", afirman los expertos de divisas de Rabobank. Mientras que IG considera que "será una oportunidad, sobre todo para los inversores extranjeros, de cerrar sus posiciones, ‘cobrar su fichas’ y salir de este mercado", sobre todo si tenemos en cuenta la corrección sufrida por la renta variable del Viejo Continente al calor de toda la "crisis griega".
Las ventas, la desigualdad de condiciones entre inversores nacionales y extranjeros y la "técnica" preocupan, pero tampoco podemos olvidar que un cierre prolongado podría aislar aún más a Grecia de los mercados globales. Pues MSCI ya ha advertido que si la clausura se alarga más de 40 días o las medidas implementadas son demasiado restrictivas incluirá a la Bolsa helena en el estatus de "standalone market", en el que se encuentran Jamaica, Zimbabwe o la China continental. Al mismo tiempo, FTSE ha señalado que se plantea sacar a la renta variable helena de sus índices globales.