La brecha salarial continúa siendo la asignatura pendiente de la agenda política. Se trata de un problema que afecta a escala mundial y que pese a los esfuerzos realizados en los últimos años, la igualdad de condiciones profesionales entre géneros tardará en llegar ya que no será hasta 2087 cuando hombres y mujeres reciban un […]
Dirigentes Digital
| 03 nov 2017
La brecha salarial continúa siendo la asignatura pendiente de la agenda política. Se trata de un problema que afecta a escala mundial y que pese a los esfuerzos realizados en los últimos años, la igualdad de condiciones profesionales entre géneros tardará en llegar ya que no será hasta 2087 cuando hombres y mujeres reciban un sueldo igual por ocupar el mismo puesto. Según la Organización Internacional de Trabajo de la ONU, cuyos datos han sido difundidos por la consultora de selección de Personal, Hays España, en el momento actual, la diferencia entre salarios ronda el 23% a nivel global. Un porcentaje que varía en función del rango de edad. Así, las estadísticas del Departamento de Trabajo de Estados Unidos arrojan que durante 2016 las disparidad en el caso de los trabajadores de entre 22 a 24 años eran prácticamente inexistentes, mientras que a partir de los 30 años la franja se incrementaba, llegando a existir una desigualdad de 16 puntos porcentuales en el salario por sexos entre personas con 35 y 44 años. En el caso de España, la consultora de Recursos Humanos asegura que el mercado laboral se caracteriza por su poca diversidad ya que el 82% de los puestos de dirección están ocupados por profesionales masculinos. Un hecho que acentúa aún más esta discriminación, puesto que la menor presencia de mujeres en puesto de mayor rango, – que tienen una remuneración más alta-, redunda en una retribución percibida más baja por parte de este colectivo. En sectores como el comercio minorista, el cuidado o el ocio que, por regla general, están peores pagados, existe un gran predominio femenino en contraposición de las infraestructuras o los servicios financieros donde ocurre lo contrario y ahonda aún más esta distinción. Los expertos en empleo resaltan que, teniendo en cuenta estas circunstancias, la discrepancia en el pago “aún persiste”. “Nuestra sociedad todavía necesita compartir más responsabilidades familiares”, sostiene el director general de Hays España, Christopher Dottie, quien anima a las empresas para que sean “más valientes” y “decididas” a romper con lo establecido. En países como Bélgica o Austria, la política de transparencia en los pagos llevada a cabo por sus respectivos gobiernos ha empujado a las empresas a trabajar con mayor celeridad en esta materia. Es el caso de Reino Unido donde la brecha se redujo en dos puntos hasta el 18% durante 2016 tras la obligación de informar públicamente del sueldo promedio por hora entre hombres y mujeres a partir de abril de 2018 en aquellas compañías con más de 250 empleados.