Dudley ayer admitió que espera con interés la publicación el viernes de la encuesta de confianza de consumo de Michigan de agosto, que puede tener incorporada la reciente crisis de China. También los datos de empleo del mismo mes, aunque estos últimos son un dato cuantitativo retrasado frente al adelantado del dato cualitativo. El martes […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Dudley ayer admitió que espera con interés la publicación el viernes de la encuesta de confianza de consumo de Michigan de agosto, que puede tener incorporada la reciente crisis de China. También los datos de empleo del mismo mes, aunque estos últimos son un dato cuantitativo retrasado frente al adelantado del dato cualitativo.
El martes se publicaba una inesperada subida en la confianza de consumo en Estados Unidos en agosto. Niveles de 101,5, más de 10,5 puntos al alza desde julio (el dato inicial de julio se revisaba al alza desde el 90,9 publicado inicialmente). El consenso del mercado para este dato era muy inferior, con una previsión media de 93,4 puntos.
Y subida de las expectativas (60% del peso) en 10,2 puntos, hasta 92,5. Un nivel aún bajo desde el 97,6 de principios de año, pero muy por encima del promedio durante el ejercicio de 89,6.
Un dato muy interesante, sin duda. Pero, ¿un dato fiable? Esta es la cuestión habitual en escenarios de incertidumbre al tratar de valorar los datos de tipo cualitativo.
¿Predice la confianza de los consumidores la evolución del consumo privado? Esta cuestión fue planteada (y estudiada) por el Banco Central Europeo (BCE) en su último informe mensual, naturalmente referido a la Zona Euro. Uno de los países donde la relación ha sido con más frecuencia puesta en cuestión es Alemania, con niveles máximos de la confianza de consumo frente a unos datos finales de ventas al por menor mucho más limitados (durante el segundo trimestre el crecimiento del consumo privado fue apenas del 0,2%). Pero, en general, la confianza de consumo en la Zona Euro ha alcanzado el nivel más alto desde antes de la crisis derivada de una mejora en las condiciones de trabajo y la mayor renta disponible por la caída de los precios de la energía. Para la autoridad monetaria es un indicador importante a seguir, aunque es relevante también matizarlo en función del escenario.
Hace muchos años le preguntaron a Greenspan algo similar. Su respuesta fue clara: es importante, pero lo es mucho más lo que finalmente hagan los consumidores. Al final, los factores que se incluyen en la encuesta sobre la disposición a consumir son los mismos básicamente a los factores que influyen en el consumo. Lo extraño de esta forma es que no tuvieran una correlación significativa. Pero, lo importante es que las familias respondan a las cuestiones en la encuesta con toda la información disponible. Y que sea fiable.
Por cierto, al mismo tiempo que se publicaba el indicador de confianza de consumo estadounidense conocíamos un dato similar en Brasil. Pero muy diferente: cuarta caída consecutiva del índice, hasta 80,6. Y es el más bajo desde que se inicia la serie en 2005. En este caso los consumidores son muy negativos ante el escenario económico del país, con caída del PIB, mayor desempleo y mayor inflación. Por su parte, la presidenta brasileña también expresó su confianza en el éxito de las medidas aplicadas por el Gobierno para superar la crisis… también de confianza. La confianza siempre es importante… ¿no opinan lo mismo?
José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España.