En plena crisis política, económica y social, Venezuela debe enfrentarse ahora al riesgo de impago de la deuda externa. Según huy Van Pham, Economista Mercados Emergentes Groupama AM, el país debía pagar el pasado 10 de noviembre el vencimiento de deudas por lo que el reembolso de la deuda externa se está produciendo hasta ahora […]
Dirigentes Digital
| 14 dic 2017
En plena crisis política, económica y social, Venezuela debe enfrentarse ahora al riesgo de impago de la deuda externa. Según huy Van Pham, Economista Mercados Emergentes Groupama AM, el país debía pagar el pasado 10 de noviembre el vencimiento de deudas por lo que el reembolso de la deuda externa se está produciendo hasta ahora gracias a la caída “controlada” por parte de las autoridades de las importaciones, pero especialmente por “las ventas de lingotes de oro”. El margen de maniobra a través de las reservas disminuye. Las reservas de oro han caído desde 2013. Llegaron a los 7.500 millones en agosto de 2017. Van Pham sostiene que es probable que “la crisis dure”. El presidente Maduro se reunió ayer en Caracas con los acreedores internacionales para comenzar las negociaciones. Ya se ha llegado a un acuerdo con Rusia, pero Rusia tiene solo una pequeña parte (alrededor de 9.000M USD) de la deuda externa. El bloqueo real vendrá por parte de EE.UU. cuyas recientes sanciones, sobre todo la prohibición a cualquier ciudadano y cualquier banco estadounidense de comprar nuevos bonos o negociar acuerdos propuestos por el gobierno venezolano por la petrolera estatal PDVSA, impidiendo a cualquier acreedor americano participar en una renegociación. En el plano económico, un impago agravará aún más la situación, que ya está extremadamente degradada. El PIB se contrajo en 2016 por tercer año consecutivo (-16.5%), mientras que el país atraviesa un periodo de hiperinflación. La inflación anual se estima de media en un 254% en 2016 y podría llegar al 653% en 2017. El resultado de la crisis es, por lo tanto, incierto. Además del éxito de las negociaciones de reestructuración de la deuda, la recuperación de la actividad dependerá de la evolución de los precios del petróleo. Además, incluso si el país dispone de las mayores reservas de petróleo del mundo, cerca de 300.000 millones de barriles, su explotación tropieza con problemas estructurales, sobre todo la presencia de infraestructuras obsoletas y poco productivas para satisfacer las necesidades del país. Finalmente, cabe señalar que el efecto contagio de la crisis venezolana en la economía mundial es limitado. El PIB venezolano representa solo el 0,4% del PIB mundial. Los dos principales socios comerciales de Venezuela, Estados Unidos y China, son capaces de absorber el impacto. Finalmente, el peso de la producción de petróleo venezolano en la producción mundial es muy bajo (2.5% en 2015).