Después de años de lucha por la protección de datos y libertad de expresión en Internet, llega un nuevo revés. La proliferación del terrorismo en la red, así como la utilización de redes sociales para reclutar y adoctrinar nuevos integrantes para sus grupos armados, ha puesto en alerta a la mayoría de Gobiernos, que ya […]
Dirigentes Digital
| 14 ene 2015
Después de años de lucha por la protección de datos y libertad de expresión en Internet, llega un nuevo revés. La proliferación del terrorismo en la red, así como la utilización de redes sociales para reclutar y adoctrinar nuevos integrantes para sus grupos armados, ha puesto en alerta a la mayoría de Gobiernos, que ya han comenzado a tomar medidas para ejercer más controles en la red de redes. Ahora la pregunta obligada es: ¿Hasta donde llegarán estos controles?
David Cameron ha sido uno de los que ha tomado la iniciativa. El primer ministro del Reino Unido, ha puesto sobre la mesa una medida que podría prohibir servicios de mensajería como WhatsApp en el Reino Unido, si los conservadores ganan las elecciones de mayo, según informa el diario británico The Independent. La propuesta de Cameron es bloquear todos los medios de comunicación que cifren los mensajes y no permitan el acceso a las autoridades. Entre ellos estarían WhatsApp, iMessage, Telegram o Snapchat.
En cuanto a Estados Unidos, su presidente Barack Obama, adelantó desde la Comisión Federal de Comercio, en Washington DC, un paquete de propuestas que el mandatario tiene previsto anunciar esta semana con el objetivo de combatir los ciberataques como el sufrido en la cuenta de Twitter del Mando Central de Estados Unidos.
Entra las medidas, Obama pretende crear una "Carta de Derechos sobre la privacidad de los consumidores" y la aprobación de una ley que exigiría a las compañías informar rápidamente a sus clientes en caso de que alguien haya pirateado sus datos.
Por su parte, Manuel Valls, primer ministro francés, ha anunciado en la Asamblea Nacional un paquete de "medidas excepcionales" para hacer frente a la oleada de ataques yihadistas en Francia. El primer ministro hizo hincapié en la necesidad de elevar el control sobre Internet y las redes utilizadas por los movimientos violentos para hacer propaganda y proselitismo.
Que Francia bloquea sitios web no es nuevo: lleva haciéndolo durante años por orden judicial. Sin embargo, hace unos días y en plena "caza" de los terroristas que atacaron la redacción de Charlie Hebdo, el Gobierno galo avisó a Bruselas de que han aprobado la ley que permite bloquear, de forma administrativa (sin juez de por medio), los portales que inciten o hagan apología del terrorismo. Sin embargo, los supuestos establecidos en esta ley no son del todo claros. No es bueno para la libertad de expresión que en una ley como ésta, donde se pueden bloquear sitios web sin necesidad del visto bueno de un juez, sea tan ambigua.
Para acceder a las conversaciones online que mantienen los extremistas, propósito de muchos Estados, es necesario acceder primero a todas las conversaciones que se dan en este marco, lo que supondría que absolutamente todo lo que se escriba tanto en redes sociales como aplicaciones de mensajería sería accesible o público, al menos para la policía o los gobiernos.
Cada día se envían unos 30.000 millones de Whatsapp, una aplicación que se utiliza, precisamente, por su carácter privado. Sí este desaparece, ¿Qué herramienta se puede utilizar para mantener una conversación privada a distancia? Por mucho que lo meditemos, la respuesta es, ninguna.
Internet debe mantenerse como un espacio de expresión pero dentro del respeto de las leyes. Es decir, el control de Internet es bueno y más en un marco como este, pero respetando unos ciertos límites que eviten caer en la censura y atenten contra la libertad de expresión de los ciudadanos.