Dentro de la ambiciosa agenda planteada ante el Congreso el pasado 20 de enero, Obama instó a los legisladores que aprobaran una ley federal que concediera a los trabajadores americanos un permiso de siete días al año de baja pagada por enfermedad. Se trata de relanzar la llamada "Acta para Familias Saludables", una ley que […]
Dirigentes Digital
| 23 feb 2015
Dentro de la ambiciosa agenda planteada ante el Congreso el pasado 20 de enero, Obama instó a los legisladores que aprobaran una ley federal que concediera a los trabajadores americanos un permiso de siete días al año de baja pagada por enfermedad. Se trata de relanzar la llamada "Acta para Familias Saludables", una ley que afectaría a las empresas con 15 o más trabajadores que acumularían una hora de baja pagada por cada 30 horas trabajadas. Esta prestación ya es real para los trabajadores federales y los empleados a jornada completa en la mayoría de las grandes corporaciones, sin embargo, la ausencia de una ley federal hace que, según los datos de la Casa Blanca, 43 millones de trabajadores en el sector privado no reciban sueldo si se ponen enfermos.
De estos 43 millones de personas, cerca del 74% son trabajadores a jornada completa y 24% son a tiempo parcial. Esta realidad afecta, sobre todo, a la pequeña empresa que por el coste no puede permitirse pagar a un trabajador enfermo. En cuanto a sectores, el sector servicios (en restauración o salud) es el más afectado. Por raza, los empleados latinos son los que menos probabilidades de tener una baja pagada por enfermedad. En cuanto a nivel de ingresos, esta situación afecta a aquellos que perciben un sueldo más bajo. Según datos del gobierno, el 90% del 10% de trabajadores que cobran más tienen esta prestación, algo que solo sucede con el 21% del 10% de trabajadores que cobra menos. A nivel privado, si se tomaran medidas sería a costa de los trabajadores, que podrían ver reducidos sus días de vacaciones pagadas, sus sueldos o posibles aumentos. Sin embargo, una iniciativa federal con dinero sobre la mesa y en el presupuesto, podría ayudar a los pequeños negocios a afrontar los costes. Esto es lo que no quieren los Republicanos.
Esta falta de iniciativa federal deja en manos de las ciudades, estados y, muy especialmente, de las empresas, tomar sus propias decisiones. En estos momentos, solo hay tres estados que tengan leyes que respalden las bajas pagadas: New Jersey, California y Rhode Island. En cuanto a ciudades, San Francisco fue la primera ciudad que hizo obligatorio el pago por las bajas de enfermedad, fue en el año 2006. La iniciativa federal, que es lo que pretende el presidente, es un poco más complicada, pues tiene pocas probabilidades de prosperar en el actual Congreso.
No es la primera vez que Obama trata de convencer a sus opositores políticos de las bondades de una baja pagada, ya sea por enfermedad o por maternidad, y en todas ellas se ha enfrentado a una firme negativa. Sin embargo, tras el último discurso sobre el Estado de la Unión y aprovechando que está en la recta final de su legislatura, Obama ha decidido pasar a la acción, por su cuenta: el mandatario estadounidense ha firmado un memorándum presidencial dirigido a las agencias federales por las que se permite a sus trabajadores tomar seis semanas pagadas de baja por enfermedad, para cuidar a un hijo recién nacido o adoptado, o a familiares enfermos. Para muchos, no es suficiente.
En las filas demócratas hay senadores que van incluso un poco más allá, es el caso concreto de la Senadora Demócrata por Nueva York Kirsten Gillibrand, que en 2013 propuso la llamada Family Act, por la que pide tres meses de baja de maternidad y paternidad parcialmente pagada, una baja que se financiaría con un 0,2% de la nómina de los trabajadores. Esta propuesta está estancada en el mismo lugar en el que se han estrellado todos los intentos de Obama de promulgar una ley federal para conseguir bajas pagadas a todos los trabajadores: en un Congreso dominado por los Republicanos.