A Rusia se le acumulan los problemas económicos. O más bien, las consecuencias de unos acaban haciendo la pelota de nieve económica más grave. Mientras que el rublo acumula una caída de alrededor del 40% en los que va de años, el Gobierno tuvo que rebajar las proyecciones económicas hasta el punto de que situarse […]
Dirigentes Digital
| 04 dic 2014
A Rusia se le acumulan los problemas económicos. O más bien, las consecuencias de unos acaban haciendo la pelota de nieve económica más grave. Mientras que el rublo acumula una caída de alrededor del 40% en los que va de años, el Gobierno tuvo que rebajar las proyecciones económicas hasta el punto de que situarse en una caída del 0,8%. En este escenario han aparecido las dudas para que Rusia pague sus deudas.
El Banco Central Ruso apunta que Rusia tiene vencimientos en diciembre que ascienden a los 30.000 millones de dólares. Si se tiene en cuenta los vencimientos de los próximos 18 meses, la cuenta asciende hasta los 138.000 millones de dólares.
El principal problema de estos vencimientos no es para el Estado, sino para las empresas. Mientras que la deuda de Rusia se mantiene relativamente baja, representa un 37% del PIB (hay que tener en cuenta que en Japón, uno de los países más endeudados, supone un 200%). Sin embargo, el problema puede ser más grave para las compañías rusas que ven como su divisa se devalúa.
Las empresas rusas tienen todavía caja para seguir pagando sus deudas, sin embargo la situación empieza a ser más preocupante por las perspectivas del precio del petróleo y la consecuente caída del rublo. Si bien un rublo débil beneficiaría las exportaciones del país al hacerlas más competitivas por ser más baratas, en el caso de Rusia esto se complica debido a que la principal industria exportadora del país está relacionada con el petróleo. El crudo acumula caídas que también se sitúan en el entorno del 40% y las proyecciones de las principales casas de análisis auguran que este seguirá bajando en 2015. Por lo que las perspectivas para las compañías rusas no son muy halagüeñas.