El cambio climático es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad, aunque se presenta como una oportunidad para generar un nuevo modelo de sistema energético menos contaminante y más respetuoso con el medio ambiente. Desde este punto de partida, las empresas que quieren tomar la iniciativa disponen de la emisión […]
Dirigentes Digital
| 09 feb 2018
El cambio climático es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad, aunque se presenta como una oportunidad para generar un nuevo modelo de sistema energético menos contaminante y más respetuoso con el medio ambiente. Desde este punto de partida, las empresas que quieren tomar la iniciativa disponen de la emisión de bonos verdes para financiar proyectos que pretenden reducir su impacto negativo en el medioambiente. El primer bono verde lo emitió el Banco Europeo de Inversiones en el año 2007 pero este mercado ha alcanzado un impulso importante desde el año 2014. Según los expertos, la emisión de bonos alcanzará el billón de dólares (807.000 millones de euros) en los próximos dos o tres años. En 2017, el volumen de bonos verdes emitido se ha multiplicado por cinco en los últimos cuatro años, hasta alcanzar los 155.000 millones de dólares (125.518 millones de euros). A nivel nacional, el volumen de emisión, en el año 2017 en España ha superado los 5.000 millones de euros. Según Beatriz Alejandro, directora del Instituto BME, se prevé que en los próximos tres años, el volumen emitido vuelva a multiplicarse por cinco, por lo que estamos hablando de un crecimiento exponencial. “Evidentemente ese crecimiento va a estar soportado por un mayor número de emisores que van a venir a financiarse a este mercado y por supuesto respaldados por unos emisores que también buscan este tipo de inversión” aclara Alejandro. Pero, ¿qué son los bonos verdes y en qué se diferencian de otro tipo de bonos? Según Beatriz Alejandro, directora del Instituto BME, los bonos verdes son una herramienta más de los mercados de capitales, son una herramienta que permite a determinadas empresas captar financiación y para los inversores es un instrumento más de inversión. La diferencia radica, según Alejandro, en que esa financiación se utiliza para financiar o refinanciar proyectos que se consideran como verdes, es decir, que de alguna manera pretenden mejorar del entorno medioambiental. ¿Por qué elige un inversor este tipo de activo? Se trata más una inversión por principios éticos ya que la rentabilidad que ofrecen estaría a un nivel similar a la de otros bonos o incluso un poco inferior según apunta la directora del Instituto BME. “Al final son inversores que buscan un determinado tipo de inversión con unas determinadas características y eso hace que en estos momentos, como todavía la oferta que hay de bonos verdes es relativamente limitada, tengan que ceder rentabilidad a cambio de conseguir ese tipo de inversión que cumple con sus objetivos de inversión” aclara. ¿Qué podría hacerse para que las empresas apuesten por emitir bonos verdes? Varios expertos han propuesto durante la jornada “El reto de los bonos verdes: sostenibilidad y rentabilidad”, que las administraciones públicas fomenten las emisiones de bonos verdes, a través de algún tipo de concesión fiscal, tanto para los inversores como para los emisores. Según Alejandro, “son relativamente pocas las empresas que están operando en este mercado y está muy concentrado en sectores que todos vincularíamos al ámbito de mejora medioambiental como son empresas energéticas o del sector de transportes”. ¿A qué retos se enfrentan los bonos verdes en 2018? Desde el Instituto de BME apuntan que el mayor reto es generar una capacidad para digerir todo ese crecimiento, atraer a nuevos inversores y emisores y mejorar los procesos para catalogar como bono verde, un bono de este tipo. “En este aspecto se está trabajando en una iniciativa europea para que haya un etiquetado a nivel europeo que permita esa identificación del bono, como bono verde” subraya Alejandro. https://www.youtube.com/watch?v=TJTvja3CUvM