Según informa Reuters, AT&T ha comunicado que comprará Iusacell, la tercera operadora del mercado mexicano con 8,6 millones de usuarios, por 2.500 millones de dólares que incluyen 800 millones en deuda. Muchos esperaban la entrada en México de AT&T, que ha anunciado una expansión hacia Latinoamérica con la planeada compra de DirecTV, pero apostaban a que adquiriría […]
Dirigentes Digital
| 11 nov 2014
Según informa Reuters, AT&T ha comunicado que comprará Iusacell, la tercera operadora del mercado mexicano con 8,6 millones de usuarios, por 2.500 millones de dólares que incluyen 800 millones en deuda.
Muchos esperaban la entrada en México de AT&T, que ha anunciado una expansión hacia Latinoamérica con la planeada compra de DirecTV, pero apostaban a que adquiriría los activos que América Móvil, de Slim, quiere vender para librarse de las reglas más estrictas que la rigen en el país de casi 120 millones de habitantes.
Pero la compra de Iusacell al multimillonario Ricardo Salinas pone en duda esa posibilidad y también arroja sombras sobre las opciones en México de la española Telefónica, la segunda operadora del país, que había estudiado una alianza con Iusacell para fortalecer su posición competitiva.
Competidor de peso
AT&T ha declarado unos ingresos de 33.000 millones de dólares en el tercer trimestre, poco más del doble que los 16.270 millones de dólares de América Móvil, que opera en 18 países de América así como en Austria y Los Balcanes.
La operadora estadounidense, por su parte, no ha dudado en declarar que la compra, que podría ser completada en el primer trimestre del 2015, le ofrece una oportunidad "única" para crear un operador norteamericano que abarque a más de 400 millones de usuarios y acelerar el despliegue de redes de internet móviles de alta velocidad. Sin embargo, arrancar en este amplio mercado sólo con 8,6 millones de usuarios móviles, cuando América Móvil tiene 70,5 millones y Telefónica más de 20 millones, parece incierto, y algunos consideran que la compra de activos de América Móvil podría seguir en pie.
"El acuerdo señala que AT&T podría buscar comprar la parte que América Móvil tiene que vender", explicó Benito Berber, de Nomura Securities. "Esa transacción podría ser mucho más grande (13.000 a 17.500 millones de dólares)".
¿Telefónica, en problemas?
Telefónica, por su parte, parece que se está quedando sin opciones para reforzar su posición en México. Una eventual fusión con Iusacell había sido analizada por Televisa, la operadora de medios que aún posee el 50% de la empresa, pero fue rechazada por Salinas.
Televisa ha aclarado que, quiere seguir estudiando opciones de móviles, pero tras lanzar la semana pasada un nuevo producto de telefonía fija ilimitada e Internet de banda ancha llamado Izzi, parece haber puesto la idea de un operador móvil temporalmente en el congelador.
El presidente de Telefónica en México, Francisco Gil, también dijo a mediados del año que prevé concentrar la inversión de su firma en el sector de móviles pese a las eventuales oportunidades de expansión a otros negocios, como telefonía fija y TV de pago, que abrió la reforma al sector de las telecomunicaciones del 2013.
"La posición de Telefónica queda debilitada", dijo Negrete, de Mediatelecom. "El operador español no pudo superar la oferta de AT&T".
Se complica la venta para América Móvil
El grupo financiero Banamex dijo por su parte que la decisión de AT&T podría haber sido la segunda mejor opción para entrar al mercado mexicano ante la posibilidad de que su histórica relación con América Móvil, rota en junio, cuando la estadounidense vendió su participación en la firma de Slim, se convirtiera en un obstáculo regulatorio.
"Dada la relación históricamente amistosa entre AMX (América Móvil) y AT&T, se desconoce si las autoridades reguladoras de México aprobarían un acuerdo de este tipo entre ambas operadoras, ya que podría perjudicar la competencia y el éxito del nuevo marco regulador", señaló la entidad.
América Móvil tiene que desprenderse de al menos 20 millones de usuarios para reducir su participación en el mercado local a menos de 50% y perder el título de operador "preponderante" que le fue aplicado este año y que supone reglas más estrictas que favorecen a sus competidores.
Slim, en una entrevista el pasado julio, afirmó que esa venta podría buscarse en un período de seis meses o menos. Pero hasta octubre, al menos, no había presentado a las autoridades un plan de desinversión necesario para poder realizar la operación.
Y además, la entrada de AT&T podría desestimular a otros compradores eventuales ante la posibilidad de que la guerra por el mercado presione márgenes y lleve a mayores inversiones de capital, debilitando el atractivo del mercado.