La gestora ha presentado sus perspectivas para el próximo año. Y no creen que los inversores vayan a tener problemas de liquidez, a pesar de la retirada de estímulos de la Reserva Federal (Fed). La gestora francesa considera que el Banco Central Europeo (BCE) no tendrá más remedio que lanzar un programa de quantitative easing […]
Dirigentes Digital
| 03 dic 2014
La gestora ha presentado sus perspectivas para el próximo año. Y no creen que los inversores vayan a tener problemas de liquidez, a pesar de la retirada de estímulos de la Reserva Federal (Fed). La gestora francesa considera que el Banco Central Europeo (BCE) no tendrá más remedio que lanzar un programa de quantitative easing (QE) en algún momento del próximo año. Y esto, sumado a las inyecciones de liquidez de Japón, compensará el fin del tapering en EE UU.
Ibra Wane, Economista y Estratega Senior de Amundi, explica que la firma ha rebajado sus previsiones de crecimiento global para 2015, "aunque la caída de los precios del petróleo y las bajas rentabilidades de los bonos podrían ayudar a manetener la tendencia de crecimiento del 3%".
La gestora francesa maneja varios escenarios posibles para la economía . Por un lado, su escenario central, al que asignan un 65% de posibilidades, es de confianza sobre el crecimiento global, pero no sobre la eurozona, con la amenaza de estanflación que obligaría al BCE a adoptar medidas expansivas y un euro a la baja hasta llegar a niveles incluso de 1,20 en su cruce con el dólar. El escenario intermedio, con un 30% de probabilidades, es de una Europa japonizada en términos de deflación. El tercer escenario es de normalización en las políticas monetarias, al que apenas otorgan probabilidades.
Respecto a Europa, Wane considera que "lo peor de la crisis ya ha pasado", pero reconoce que aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo. Los datos de paro o el elevado nivel de deuda y déficit en algunos países son solo algunos de los obstáculos para impulsar el crecimiento. Por no hablar de que después de siete años de crisis, muchos países no han conseguido todavía que su PIB vuelva a niveles previos a la caída de Lehman Brothers
En este entorno, los expertos aconsejan una fuerte diversificación en las carteras para evitar el impacto de las sorpresas negativas que puedan llegar al mercado. Wane aconseja aprovechar tendencias como la exposición al ciclo o la divergencia entre las políticas monetarias que benefician a los jugadores domésticos en EE UU y a los internacionales en la eurozona. Apuestan por los llamados "aristócratas del dividendo", empresas que no sólo cuentan con altas rentabilidades en este sentido, sino que son capaces de mantener en el tiempo y de forma sólida la retribución a los accionistas.
A su juicio, los activos de riesgo pueden ser una buena opción para aquellos que sepan jugar bien sus cartas. Pero cuidado. "Tras las subidas de los últimos años, los inversores no deberían ser muy exigentes con este tipo de activos, sobre todo en un entorno más complejo de lo habitual", advierte.
Eric Tazé Bernard, Asesor Jefe de Asignación de Activos de Amundi, explica que frente a la volatilidad que pueda llegar al mercado, prefiere los grandes valores frente a las small caps. Y en renta fija lo tienen claro: Apuestan por la deuda corporativa, incluso en mercados emergentes, aunque siempre en moneda fuerte (high currency). Sin embargo, recuerdan que "en un entorno de tipos bajos y alta volatilidad, es difícil salir de activos poco líquidos". En este escenario estima que una larga duración en deuda pública ofrece una buena diversificación y protección en caso de que suba la volatilidad en activos de riesgo.