La crisis en Cataluña ha traído por lo general malas noticias para la economía, desde previsiones desfavorables para este año a datos que alertan del descenso de turistas, uno de los motores principales de esa región. Sin embargo, existe un sector que se ha visto beneficiado, el de la fabricación de banderas, que ha visto […]
Dirigentes Digital
| 14 feb 2018
La crisis en Cataluña ha traído por lo general malas noticias para la economía, desde previsiones desfavorables para este año a datos que alertan del descenso de turistas, uno de los motores principales de esa región. Sin embargo, existe un sector que se ha visto beneficiado, el de la fabricación de banderas, que ha visto cómo sus ventas crecían sin cesar desde el mes de septiembre, cuando la tensión comenzó a incrementarse. Enseñas rojigualdas, de franjas rojas y amarillas e incluso la de Tabarnia, han capitalizado los incrementos de ventas. Por ejemplo, el fabricante de banderas Imazu ha llegado a recibir 3.000 pedidos de banderas en una semana, en comparación con la media de 100 que solía manejar la empresa, por lo que la situación ha desbordado sus cifras. Antes de que se iniciara la crisis catalana, los compradores de banderas eran asociaciones, instituciones públicas y agrupaciones de todo tipo, que las utilizaban para sus sedes. Según afirma Joan Adrián, gerente de Imazu, el perfil de los compradores es notablemente distinto. Ahora el cliente es particular, que se hace con las banderas para su propia casa o incluso las regala a amigos y familiares. El caso es que con esa nueva clientela la facturación creció en 2017 en un 250%. Las más demandadas son las banderas de España y también las esteladas de metro y medio de largo por un metro de ancho. Adrián recalca que “son las que los manifestantes suelen portar y las más habituales para colgar en ventanas o balcones”. Con respecto a la bandera de Tabarnia, la propuesta de estado ficticio que nació en las redes sociales, ha supuesto un reto añadido para los fabricantes, ya que se trataba de una bandera nueva, de la que no existían ejemplares en stock. En tan solo 2 días, Imazu vendió las primeras 500 banderas.