De forma muy oportuna el BCE publica en su Informe Económico conocido ayer las nuevas normas que ofrecen flexibilidad para el cumplimiento de los objetivos fiscales. El PEC (Pacto de Estabilidad y Crecimiento) fue diseñado para obligar a los países al cumplimiento de metas fiscales, de forma que fuera viable con el tiempo la integración […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
De forma muy oportuna el BCE publica en su Informe Económico conocido ayer las nuevas normas que ofrecen flexibilidad para el cumplimiento de los objetivos fiscales. El PEC (Pacto de Estabilidad y Crecimiento) fue diseñado para obligar a los países al cumplimiento de metas fiscales, de forma que fuera viable con el tiempo la integración fiscal. La Comisión Europea clarificó a principios de enero la flexibilidad que ofrecía el PEC, de forma que hiciera viable su cumplimiento con la necesidad de propiciar un escenario más favorable al crecimiento. ¿En qué sentido? En términos de las condiciones cíclicas, las reformas estructurales y la inversión pública.
Buenos y malos tiempos
Aunque los países con deuda pública superior al 60% del PIB o con riesgo de que sea insostenible deben hacer ajustes anuales de 0,5 puntos en su déficit estructural, ahora la Comisión clarifica que en "malos tiempos" este ajuste podría ser mayor (y recuperar esta flexibilidad en los "buenos tiempos").
Con crecimiento negativo o un output-gap por debajo de -4 del PIB, no será necesario ajuste (con independencia del nivel de deuda). Si el ouput-gap es entre -3/-4, el ajuste será de hasta un 0,25 puntos del producto en función del nivel deuda sobre la referencia objetivo del 60 % del PIB. En tiempos normales, con un output gap de entre -1,5/+1,5 puntos, el requerimiento de ajuste será del 0,5 puntos o por encima de este nivel en función también del tamaño de la deuda. Y cuando el output gap es superior a 1,5 puntos del producto, el ajuste en el déficit público estructural tendrá que ser superior a 0,75 e incluso un punto en función del nivel de deuda pública.
Pero, ¿cómo determinar el crecimiento potencial? Esto no es nada fácil. Y conlleva el riesgo de que nunca, a nivel político naturalmente, se acepte que son buenos tiempos para hacer ajustes. Por cierto, esto lo dice el propio BCE.
Reformas estructurales
Al final, países que incumplan el PEC pueden tener un atenuante si llevan a cabo reformas estructurales que mejoren su sostenibilidad fiscal a largo plazo.
¿De qué reformas hablamos? Me temo que reformas del mercado de trabajo, pensiones, educación o salud serán tenidas en cuenta. Pero no son determinantes para beneficiarte de esta mayor flexibilidad. En definitiva, la clave son las reformas que tengan un impacto directo y significativo en las finanzas públicas y la sostenibilidad de la deuda. Además, la flexibilidad se refiere también a que puede ser la promesa de reformas suficiente para obtener los beneficios. Veremos.
Hablemos de la inversión
Obviamente, aquí no hablamos ya de reformas estructurales. Y de hecho, para que sirva como amortiguador para la falta de ajustes fiscales deben ser inversiones públicas cofinanciadas a nivel europeo. Incluyendo las del nuevo Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas. Siempre respetando que el déficit público del 3,0% es respetado; no avanzar en su mejora, pero no penalizarlo en exceso.
Ayer decía el Presidente del Bundesbank que los países deben ser responsables de las decisiones fiscales que adopten. En este sentido, la mayor flexibilidad en el cumplimiento del PIB ofrece un mensaje ambiguo para el futuro. Por un lado, que la integración fiscal como tal es todavía una panacea en el área. Por otro, que el seguimiento y el control existe. Y en este último sentido es evidente que la flexibilidad debe tomar muy en cuenta la situación fiscal que mantiene el país. En este sentido, la regla fijada para la deuda no puede ser contrarrestada con esta mayor flexibilidad que ahora ofrece la Comisión.
José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España