El interés por las estrategias ISR es palpable desde hace años en la industria. Cada vez son más las gestoras que lanzan nuevos productos que cumplen con estos criterios sostenibles para diversificar carteras. Sin embargo, en el conjunto de la última década, el número relativo de este tipo de fondos ha disminuido, aunque su cuota […]
Dirigentes Digital
| 04 nov 2016
El interés por las estrategias ISR es palpable desde hace años en la industria. Cada vez son más las gestoras que lanzan nuevos productos que cumplen con estos criterios sostenibles para diversificar carteras. Sin embargo, en el conjunto de la última década, el número relativo de este tipo de fondos ha disminuido, aunque su cuota de mercado se ha mantenido estable. Según los datos de Morningstar, desde el año 2008 los activos gestionados por los fondos que siguen criterios ESG (medioambiente, responsabilidad social y gobierno corporativo) casi siempre se han incrementado, a excepción de un ligero descenso en 2010. A 30 de septiembre de 2016, los activos invertidos en fondos “responsable” en Europa ascendieron a 156.260 millones de euros, respecto a un patrimonio total de 6,62 billones de euros, es decir un 2,4% del total. Aún así, los datos de la firma evidencian que en los últimos tres años se han creado en Europa 6.800 nuevos fondos (tomando en consideración una clase por cada fondo). “Entre ellos, sólo 171 tienen un mandato ESG (2,5% del total de los lanzamientos)”, indican, recordando que entre de 2013 y el 30 de septiembre de 2016, sin embargo, se ha producido un aumento del 14,5% en el número de fondos ESG disponibles en Europa. En un reciente informe, los analistas de UBS resaltaban el atractivo que supone para los inversores los productos relacionados con la Inversión Socialmente Responsable, asegurando que “los inversores suelen sentir atracción por estos productos a raíz de tres factores: la creencia de que el binomio rentabilidad/riesgo puede mejorar mediante factores de sostenibilidad en sus decisiones de inversión, la voluntad de ejercer un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente a través de sus inversiones y el deseo de alinear su cartera financiera con sus valores personales”.