Durante los últimos dos años se ha producido un aumento del valor del dólar debido a diferentes causas como el crecimiento relativo del PIB real de EE UU, la política monetaria y las rentabilidades de los bonos, junto con la independencia energética. La apreciación del dólar se ha asociado con un aumento de las condiciones […]
Dirigentes Digital
| 18 nov 2014
Durante los últimos dos años se ha producido un aumento del valor del dólar debido a diferentes causas como el crecimiento relativo del PIB real de EE UU, la política monetaria y las rentabilidades de los bonos, junto con la independencia energética. La apreciación del dólar se ha asociado con un aumento de las condiciones económicas nacionales. Según la OCDE una apreciación del 10% en el valor del dólar rebaja el crecimiento del PIB en 0,5% y del IPC en 0,3 puntos porcentuales en el primer año de aumento.
En este escenario, los expertos de JP Morgan analizan el impacto de la subida del billete verde, que previsiblemente continuará con la divergencia en las políticas monetarias de los bancos centrales. Entre otros aspectos, los expertos señalan el efecto positivo que ha producido la caída de los precios del petróleo en este contexto. "Las expectativas de inflación de EE UU a medio plazo han bajado de manera significativa, junto con la caída en el precio de las materias primas. Como consecuencia, en EE UU la renta real de las familias y de las empresas han aumentado, debido al descenso en los costes de energía", aseguran.
Implicaciones para la inversión
En cuanto a los efectos que tendrá sobre la inversión, desde la firma consideran que en EE UU afectará negativamente a las acciones a corto plazo. Desde el punto de vista de los ingresos, el conjunto del S&P 500 está bien posicionado para afrontar el impacto de una revalorización del dólar.
El sector tecnológico, por ejemplo, genera cerca de un 60% de sus ingresos en el extranjero, por lo que estas empresas se verán más expuestas al impacto negativo de un dólar más fuerte. Por el contrario, los sectores más orientados al mercado estadounidense, como el financiero, podrían verse beneficiados por los positivos efectos secundarios de la apreciación de la divisa.
En Europa, la perspectiva de un euro más débil debería resultar muy positiva para los beneficios de las empresas europeas, sobre todo si viene acompañada de una caída de los precios del petróleo. En general, los valores europeos presentan una exposición muy internacional y cerca del 45% de los ingresos proceden de fuera de Europa. Un euro más débil debería darle un fuerte impulso a las acciones europeas después de casi tres años registrando caídas interanuales de beneficios.
En cuanto a la inversión en los mercados emergentes, los precios de las acciones de mercados emergentes han mostrado una fuerte correlación negativa con el dólar ponderado por el comercio exterior porque la apreciación del dólar suele implicar debilidad de los precios de las materias primas y salidas de capital de los mercados emergentes, a lo que se suma cierto efecto de traslación de divisa, que reduce el valor en dólares de las ganancias.
Es probable que los mercados emergentes cuyas economías estén más vinculadas a la demanda mundial y especialmente al consumo estadounidense? no salgan muy mal parados durante este periodo y que algunos, como México, puedan llegar a comportarse muy bien.
El estudio señalara la preocupación que se produciría si los inversores empiezan a sentir que Estados Unidos es la única opción real de inversión ya que el dólar podría alcanzar los niveles vistos en el pasado y eso podría tener consecuencias imprevisibles, desestabilizar los mercados mundiales y reavivar el temor a las burbujas de activos en Estados Unidos.