La inflación sigue siendo un aspecto importante para la generación de movimientos en los mercados. En este sentido, el equipo de expertos de Deutsche Bank elaboró un informe describiendo cuáles son las perspectivas que maneja España y cómo influirá en los distintas parcelas. Para la entidad germana, España necesita continuar reduciendo su “deuda internacional neta […]
Dirigentes Digital
| 30 nov 2017
La inflación sigue siendo un aspecto importante para la generación de movimientos en los mercados. En este sentido, el equipo de expertos de Deutsche Bank elaboró un informe describiendo cuáles son las perspectivas que maneja España y cómo influirá en los distintas parcelas. Para la entidad germana, España necesita continuar reduciendo su “deuda internacional neta manteniendo un superávit de cuenta corriente, es decir, asegurando que los ahorros sean más altos que la inversión”. Curiosamente, mientras que el CLU de España aumentó mucho en la primera década del siglo, su recorrido de exportación no se vio afectado de manera drástica. El gran aumento de las importaciones es lo que provocó los grandes déficits en cuenta corriente de la crisis presoberana. Así pues, las empresas exportadoras pueden haber podido mantener su competitividad sin costo mediante préstamos de inversión “en en un entorno de bajos tipos reales y una caída en la participación laboral”. Este argumento se sostendría a la luz de la sensibilidad de los precios de exportación a los ULC). Los grandes pasivos externos de España significan que los salarios nominales más altos solo pueden ser sostenibles si se obtienen a través de una mayor productividad. Un nivel de precios más alto dañaría su posición externa. Es probable que una mayor participación laboral “aumente el consumo interno, reduciendo los ahorros netos y previniendo el ajuste externo”. En tal caso, los márgenes más bajos de la empresa obligarían a las empresas a tomar préstamos para financiar inversiones que mejoren la productividad. Pero los altos niveles de deuda NFC limitan tales desarrollos. Todas estas consideraciones “dejan poco espacio para la posibilidad de fuertes presiones salariales nominales que lleven a riesgos significativos de inflación alcista en España“. La normalización total es la que impulsará la demanda interna Esta sección ha resaltado la importancia no solo de la demanda interna, sino también de la productividad y el aumento de la competitividad sin costo en medio de vulnerabilidades externas. A la luz de estas consideraciones, “es probable que los Estados miembros de la zona del euro luchen por lograr una normalización sostenida. El BCE no puede hacer esto por sí mismo, y los esfuerzos coordinados a largo plazo entre los estados miembros no pueden ignorarse para evitar desilusiones económicas y políticas“. El BCE se enfrenta a dos desafíos: el bajo nivel de inflación y los diferentes niveles de precios entre los Estados miembros, lo que refleja la falta de convergencia real. El PIB de España por trabajador creció un 0,6% de media en los últimos tres años y el pronóstico del Banco de España es que aumente alrededor de un 0,4% para 2017-2019. Esto sugiere que la productividad y el trabajo podrían sorprender al alza en los próximos años ajustando los salarios y limitando los riesgos de sorpresas de la inflación.