Las criptodivisas han existido desde que las computadoras permitieron el almacenamiento electrónico de saldos de cuentas online. Así comienza el análisis sobre este fenómeno el equipo de expertos de ETF Securities. De esta manera, una moneda digital puede ser ampliamente definida como dinero almacenado en forma electrónica que puede ser utilizado para hacer y recibir […]
Dirigentes Digital
| 18 sep 2017
Las criptodivisas han existido desde que las computadoras permitieron el almacenamiento electrónico de saldos de cuentas online. Así comienza el análisis sobre este fenómeno el equipo de expertos de ETF Securities. De esta manera, una moneda digital puede ser ampliamente definida como dinero almacenado en forma electrónica que puede ser utilizado para hacer y recibir pagos. Las criptodivisas son un fenómeno mucho más reciente, siendo el Bitcoin el más reconocido. “Una criptodivisa es un derivado de la moneda digital en donde las técnicas de cifrado son utilizadas para regular la creación y transferencia de unidades monetarias”, comentan estos analistas. La capitalización bursátil de las criptodivisas ha alcanzado los 1.300 millones de dólares al cierre de julio de 2017, según el sitio web www.coinmarketcap.com, el cual está segmentado entre unas 1000 divisas. Absolutamente espectacular. Pero… ¿Esto es sostenible? Lo primero de todo es si se puede considerar como una divisa. Algo que desde ETF Securities no consideran que así sea. “Para ser considerada como divisa, una forma de dinero (es decir, monedas digitales) debe usarse como una unidad de cuenta, un almacén de valor y un medio de intercambio”. Entretanto, las criptodivisas se utilizan como instrumento de almacenaje de valor (aunque con una volatilidad significativamente mayor que las monedas tradicionales), “pero en general no cumplen con los otros dos criterios”. Dado que su alcance es sin duda un problema, “es poco probable que las criptodivisas influyan sobre la política monetaria en un futuro inmediato”. Las criptodivisas no tienen un valor intrínseco. Aunque su oferta sea limitada -Bitcoin y otras criptodivisas–, los inversores las operan principalmente “especulando a que se valoricen a futuro y no en base a su capacidad de comprar otros bienes y servicios (aunque la oferta de utilizar otras monedas nuevas está aumentando)”. La volatilidad es un obstáculo para la aceptación universal de las criptodivisas y para que puedan obtener un amplio seguimiento y ser utilizadas como instrumentos de pago y liquidación de transacciones, como una unidad de cuenta y como una reserva de valor. Dado que las divisas digitales muestran una volatilidad extrema,” su poder adquisitivo cambia constantemente”. Así pues, los expertos de Julius Baer, recomiendan mantenerse “alejados del bitcoin y del resto de criptodivisas, que son alimentadas por el interés de los medios de comunicación y la especulación exuberante”. En esta línea, no ven que la rápida apreciación tenga “motivaciones fundamentales” y es más bien consecuencia “de una burbuja” Las criptomonedas, analizan, “son tecnologías inmaduras que se enfrentan a graves problemas de gobernanza, escala y tecnología, y se ven obstaculizadas por los malos vínculos con la economía no cripto y no negra, incluidos los sistemas de crédito y pago más importantes”.