Algunas marcas chinas como Lenovo, Huawei, ZTE o Shuanghui (la copropietaria de Campofrío) han irrumpido en nuestro imaginario colectivo hace relativamente poco tiempo. Seguramente, multinacionales chinas como Dalian Wanda les resultarían del todo desconocidas hasta que Wang Jianlin, su presidente, decidió comprar el emblemático Edificio España al Banco Santander por 265 millones de euros este […]
Dirigentes Digital
| 22 dic 2014
Algunas marcas chinas como Lenovo, Huawei, ZTE o Shuanghui (la copropietaria de Campofrío) han irrumpido en nuestro imaginario colectivo hace relativamente poco tiempo. Seguramente, multinacionales chinas como Dalian Wanda les resultarían del todo desconocidas hasta que Wang Jianlin, su presidente, decidió comprar el emblemático Edificio España al Banco Santander por 265 millones de euros este mismo año 2014. Ahora Wanda, presidido por el magnate chino Wang Jianlin, tiene previsto inyectar unos 50 millones al Club Atlético de Madrid. Hace tan solo unos días se confirmó también que planea levantar un gran complejo de ocio para olvidar Eurovegas.
La directora del ESADE China-Club, Ivana Casaburi, comentó hace unos meses a DIRIGENTES en Pekín que las inversiones chinas nunca fueron significativas antes de 2010. "Ninguna, individualmente considerada, llegó a superar los cinco millones de euros", apuntaba. Ahora, y aprovechando la crisis, los chinos están desembarcado en España con inversiones multimillonarias dentro de sectores como el turismo o empresas agroalimentarias. El 29,5% que controla Hainan Group en NH Hoteles o la venta de una quinta parte del Grupo Osborne a Fosun son solo algunos ejemplos significativos. Pero, ¿cuánto dinero ha inyectado China en España desde que estallara la actual crisis financiera? En inversión extranjera directa (y teniendo en cuenta que los datos oficiales no reflejan todo el dinero chino procedente de paraísos fiscales) España habría recibido ya casi mil millones desde 2008. Pero es que las inversiones chinas en cartera y la compra de activos españoles en terceros países ya supera los diez mil millones. La venta del 40% de Repsol-Brasil a SINOPEC en 2010 por 5.150 millones fue lo más reseñable.
Además, al menos dos autoridades españolas han señalado ya a DIRIGENTES que China controla un 20% de la deuda pública repartida entre los tenedores no residentes. O sea, que según estas estimaciones oficiosas, China tiene 60 mil millones de euros en deuda española desde 2010. El exministro Pedro Solbes ya dijo hace meses en Pekín que China había desempeñado un papel "determinante" para asegurar la supervivencia del euro. Y las llamadas airadas del entonces Primer Ministro chino Wen Jiabao al expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero en los peores momentos de 2010 y 2011 confirman lo que debemos considerar ya una nueva normalidad: España necesita dinero y países con mucho ahorro acumulado como China nos lo están prestando.
¿Por qué esta avalancha de inversión china en España? Más allá de las motivaciones estratégicas que cada empresa pueda tener, esta nueva tendencia responde a un cambio del modelo económico en ambos países. Desde 1995, España no había parado de acumular déficits comerciales con China, y las exportaciones acabaron teniendo una cobertura mínima histórica sobre las importaciones del 10% en 2008. Dicho de otra forma, España solo exportaba un euro a China por cada nueve que importaba desde el gigante asiático. Este modelo asimétrico de endeudamiento era insostenible para unos y otros y ha venido corrigiéndose desde entonces hasta lograr una cobertura del 23,4% en 2013.
Esto significa que España ahora exporta más y consume menos importaciones para desendeudarse con China. Por su parte China, con superávit y un ahorro ingente acumulado durante todos estos años, tiene en esa España necesitada de liquidez una salida natural para sus inversiones. Inversión, por cierto, que también necesita China para satisfacer su mercado emergente de consumo doméstico. Y de ahí que sus inversiones se hayan disparado también en toda Europa a partir del año 2008.
La crisis, por tanto, nos está dejando un ajuste en una doble dirección. En primer lugar, los países más deficitarios, como España, no pueden sostener sus niveles de consumo previos a la crisis. A lo que se suma que los superavitarios, como China, deben por el contrario aumentar sus niveles de consumo tras casi tres décadas endeudando al resto. Más importaciones e inversiones realizadas, y menos exportaciones, será la tendencia que veamos en China durante los próximos años. Y España, vía inversión china entre otros muchos ajustes, ya está empezando a notar este cambio.