Desde que el pasado 1 de octubre se conoció el informe de la Fiscalía Anticorrupción sobre la existencia del pago de 15 millones de euros en tarjetas opacas a exdirectivos y consejeros de Caja Madrid, todo el mundo estaba expectante por conocer detalladamente cada uno de los movimientos que estos cargos llevaron a cabo. Finalmente, […]
Dirigentes Digital
| 11 oct 2014
Desde que el pasado 1 de octubre se conoció el informe de la Fiscalía Anticorrupción sobre la existencia del pago de 15 millones de euros en tarjetas opacas a exdirectivos y consejeros de Caja Madrid, todo el mundo estaba expectante por conocer detalladamente cada uno de los movimientos que estos cargos llevaron a cabo. Finalmente, los caprichos, que duraron una década, se han hecho públicos.
Ya son catorce las personas que han dimitido por aparecer en la ‘lista de la vergüenza’, sin embargo, parecen pocas teniendo en cuenta que son 84 los nombres que aparecen. Quizás, los gastos pormenorizados fuercen alguna dimisión más. Así debería ser al menos, para demostrar que existe la vergüenza, y que la humillación pública ya ha sido más que suficiente.
El gusto de los expresidentes
Entrando de lleno en lo que más interesa, a modo general cabe destacar que estos ‘personajes’ gastaban desde miles de euros en un solo pago, a 70 céntimos para hacer frente a los costes de un peaje, algo curioso a la par que absurdo.
El expresidente de la entidad, Miguel Blesa, pagó 10.000 euros en una tienda de vino, y retiró más de 86.000 euros en cajeros automáticos. Sin duda, el exdirigente hace una demostración de lujo, utilizando la tarjeta para pagar noches en los hoteles más caros del mundo, o para realizar safaris. A estas alturas todo el mundo sabe que la caza es uno de sus caprichos. Sin embargo, lo que la gente desconoce es que le gustan mucho los helados, tanto, que llegó a gastar 1500 euros en un pago en una heladería.
Además, el gasto de Blesa también deja entrever que el exdirectivo es una persona detallista, ya que en vísperas de reyes, se gastó 2000 euros en una famosa joyería de lujo. Y además de detallista, es muy práctico, por que el día que dejó la caja aprovechó para gastar 4000 euros en tecnología.
Por su parte, Rodrigo Rato, tampoco se quedó corto al pagar noches de clubes, joyas, tratamientos médicos e incluso algo tan banal como la cuota del Digital +, Además, Rato empleó su tarjeta para dejarse 2.439 euros de una sola vez en una tienda de arte sacro o 2.172 en cinco días de febrero de 2011 en "clubs, salas de fiesta, pubs, discotecas y bares".
El expresidente siguió los pasos de Blesa y realizó importantes retiradas de dinero en efectivo, en concreto 17.300 euros en 18 disposiciones. Rato también fue explendido con los artículos de joyería y gastó 1.584 euros a costa de su tarjeta opaca. Además, Rato cargó 437 euros en una zapatería, 986 euros en "plantas y flores", 2.091 en lámparas de diseño y 3.820 en "bebidas alcohólicas. En lo que volvieron a coincidir ambos fue en adquirir productos de Louis Vuitton Loewe. Blesa pagó 4.025 euros con su tarjeta en la tienda de lujo, mientras que Rato compró por valor de 680 euros sólo unos días antes de la Navidad de 2012.
Rato también gastó 16.700 euros en restaurantes de lujo a costa de su tarjeta opaca. Entre los locales de cuatro y cinco tenedores que frecuentaba están el Goizeko, La Trainera o el japonés Kabuki. Entre sus gastos, también destaca un cargo de 815 euros por una mariscada en febrero de 2010 en La Lonja.
Todos compartían el gusto por el lujo
El Bulli era uno de los restaurantes preferidos por los consejeros. En concreto, Amat Roca, directivo con Miguel Blesa, pagó una factura en este restaurante por importe de 2.800 euros. Por este lugar pasaron también el que fuera secretario de comunicación de la entidad, Juan Astorqui, que pagó 1.798 euros, y el ex director financiero del grupo, Ildefonso Sánchez Barcoj, que cargó a su tarjeta 823,90 euros por una comida
Otro de los directivos que más gastó en restaurantes fue Carlos Martínez Martínez, que llegó a pagar facturas por 2.000 euros en establecimientos como La Quintana y El Caserón, además del pago de 2.553 euros que hizo en el Asador Txistu, el 17 de diciembre de 2003.
Las joyas fueron otro de los caprichos de directivos y consejeros de Caja Madrid. Gucci, Prada, Tiffany y Montblanc fueron algunas de sus marcas favoritas. Juan Astorqui, citado anteriormente, director de comunicación de la caja, gastó más de 36.000 euros en tiendas de artículos de lujo. En concreto, su gasto más elevado fue un pago de 3.700 euros en Montblanc.
De toda la lista, el récord de gasto en una única operación o tiene el exconsejero ejecutivo Matías Amat que destinó la tarjeta para pagar una factura de 15.000 euros en una tienda de muebles y decoración. Amat era también un gran aficionado al lujo, así lo demuestra si lista de gastos, donde aparece que utilizó la tarjeta de la entidad para pagar 10.000 de una sola vez en la joyería Suarez, o los más de 3.000 euros que gastó en Hermes.