China evitará el "aterrizaje forzoso", la recuperación económica en los desarrollados siguen en marcha, es cuestión de tiempo que la caída de las inversiones impacte en la producción de petróleo y reduzca la oferta (y lo mismo pasará con el resto de las commodities), la Fed subirá tipos de forma gradual y es consciente de […]
Dirigentes Digital
| 22 ene 2016
China evitará el "aterrizaje forzoso", la recuperación económica en los desarrollados siguen en marcha, es cuestión de tiempo que la caída de las inversiones impacte en la producción de petróleo y reduzca la oferta (y lo mismo pasará con el resto de las commodities), la Fed subirá tipos de forma gradual y es consciente de todas las turbulencias que sufren los mercados, el BCE y el BoJ están listos para intervenir con más estímulos…
Los apoyos para la teoría alcista están claros pero tal y como atestigua el sell off con el que nos han deleitado la Bolsa, la deuda corporativa de baja calidad y algunas monedas de emergentes, los activos de riesgo han sido indiferentes a las voces que dicen que están exagerando cualquier empeoramiento de los fundamentales observables.
Observable, es la clave para John Lonkski, economista jefe de Moody’s Capital Markets Research. Pues, recuerda, las dos últimas recesiones "fueron, en parte, consecuencia de unos mercados que no conocían el alcance total del deterioro en el crédito de los hogares y los negocios". Reconoce que "no todo se puede cuantificar, aunque sólo sea porque muchas cuestiones críticas están ocultas". Pero también advierte que "nunca hay que subestimar la importancia de tener delante la contabilidad completa".
Así, este experto señala que por ahora "resulta difícil imaginar por qué las Bolsas mantendrán el equilibrio si los spreads del high yield estadounidense se mantiene por encima de 800 puntos básicos". Es más, hay una serie de factores que apuntan a una escalada hacia los 850. Este tipo de lecturas, explica, "refleja la elevada aversión al riesgo que reducirá la formación de capital y el gasto de los negocios que no cuentan con grado de inversión. Además, favorecen el mantenimiento de la volatilidad en la renta variable que podría minar la confianza de empresas y consumidores", advierte.
Por otra parte, destaca que las operaciones de fusión y adquisición (M&A en inglés) en las que participa al menos una corporación estadounidense se dispararon en 2015 un 19%, hasta un nuevo récord de 3,33 billones de dólares. Los anteriores máximos en estas operaciones se produjeron en el tercer trimestre de 2007 (2,21 billones) y el primero de 2001 (1,74 millones), un año después de cada uno de ellos la economía se vio golpeada por la recesión.
Finalmente, llama la atención sobre el hecho de que la diferencia entre las mejoras de rating derivadas de las ampliaciones de capital y los recortes de "nota" asentados sobre un aumento en la retribución al accionista tiende a aumentar en las salidas de las recesiones y durante la recuperación del ciclo. A partir de entonces, las pérdidas de calificación por recompras/dividendos superan a las subidas por una mejor posición de capital a medida que se entra en la desaceleración del ciclo siguiente. El ratio en 2015 fue de 48 frente a 18.