El dólar sigue bajo lupa. Muchas firmas de análisis están observando los movimientos que sigue ejecutando para también hacerse una composición de idea de lo que puede suceder de aquí a final de año. Principalmente, porque puede repercutir en el comportamiento de muchas clases de activos. En este sentido, según Didier Saint-Georges, miembro del comité […]
Dirigentes Digital
| 14 feb 2018
El dólar sigue bajo lupa. Muchas firmas de análisis están observando los movimientos que sigue ejecutando para también hacerse una composición de idea de lo que puede suceder de aquí a final de año. Principalmente, porque puede repercutir en el comportamiento de muchas clases de activos. En este sentido, según Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversión de Carmignac, el descenso deliberado del compromiso económico y geopolítico mundial de Estados Unidos (desde el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica hasta el Acuerdo de París sobre el cambio climático, pasando por las amenazas sobre el TCLAN y el acuerdo nuclear iraní) merma “el estatus mundial del dólar”. Y este deterioro resulta ser sumamente compatible con las prioridades económicas de la Administración Trump, que “podrían apoyarse en una divisa más débil para aliviar el tan esgrimido problema de una balanza exterior muy negativa”. Desde BlackRock apuntan que el aumento de la predisposición al riesgo a escala mundial es uno de los catalizadores principales de la depreciación del dólar, y que, por el momento, los diferenciales de rendimientos se mantienen en segundo plano”. Los mercados bursátiles mundiales cedieron terreno recientemente tras un inicio de año excepcionalmente sólido. La volatilidad de los mercados aumentó y los rendimientos de la renta fija estadounidense subieron.
Estos expertos también añaden que la caída del índice del dólar a su nivel más bajo en tres años ha sorprendido a muchos al materializarse “a pesar de unos diferenciales de tipos de interés favorables para el billete verde”. Las fluctuaciones del dólar pueden responder a diversos factores y, por ahora, “el alza de los rendimientos en Estados Unidos ha adoptado un papel secundario, cediéndole así el protagonismo al aumento de la predisposición al riesgo. Adoptamos una postura neutral sobre las perspectivas a corto plazo del dólar”.
Saint-Georges, miembro del comité de inversión de Carmignac, apunta, a modo de conclusión, resultaría lógico que “la tendencia de depreciación del dólar se intensificara aún más —aunque el billete verde no se dará por vencido fácilmente— y, en este caso, el euro será una de las primeras divisas en poder beneficiarse de la situación si la dinámica económica y política lograra confirmar su renacimiento”.