A la espera de los pasos que den la Reserva Federal y el Banco Central Europeo la renta fija se mantiene con unas rentabilidades que siguen bastante lejos de su media histórica. Sobre todo, si nos enfocamos a los bonos de grado de inversión, donde es prácticamente imposible encontrarse con rendimientos atractivo. ¿Cuál es la […]
Dirigentes Digital
| 28 ago 2017
A la espera de los pasos que den la Reserva Federal y el Banco Central Europeo la renta fija se mantiene con unas rentabilidades que siguen bastante lejos de su media histórica. Sobre todo, si nos enfocamos a los bonos de grado de inversión, donde es prácticamente imposible encontrarse con rendimientos atractivo. ¿Cuál es la situación real de este mercado y qué se debe esperar? Chris Iggo, responsable de renta fija de AXA IM, repasa el comportamiento de los bonos frente a los acontecimientos que nos envuelven a día de hoy. Desde su punto de vista, “cuando la Reserva Federal (Fed) deje de comprar tanta deuda gubernamental, alguien más tendrá que hacerlo”. ¿Pasará eso sin problemas sin una interrupción importante de los precios? En su opinión quizás. La Fed sólo reducirá su balance “lentamente”. Sin embargo, con el tiempo esto significa una inversión significativa en la propiedad de la deuda del Tesoro fuera de la Fed y de vuelta hacia el sector privado – tanto a nivel nacional como internacional. ¿Se necesitarán mayores rendimientos para persuadir al sector privado de que vuelva a aumentar su tenencia de deuda del Tesoro? ¿Cuál será el impacto en las asignaciones de cartera? ¿Aumentarán los márgenes de crédito a medida que los prestatarios privados queden fuera del mercado? Estas son “preguntas importantes sobre lo que sucede con los rendimientos de los bonos en los próximos años”. En este sentido, Iggo expone que si la flexibilización cuantitativa (QE) ofrecía rendimientos más bajos y precios de activos más altos, “el final del QE en Europa podría hacer lo contrario”. Es difícil argumentar que la Reserva Federal creando liquidez no tuviera un efecto positivo en los precios de los activos financieros y reales. Por lo tanto, es también complicado sostenerla institución monetaria norteamericana reduciendo la liquidez no tendrá “el efecto contrario”. Es algo que Iggo niega puesto que el hecho de que “la Fed no reinvierta los ingresos de la maduración de los bonos no significa obligatoriamente una reducción de la liquidez en la economía”. Así pues, esto se mostraría en unos saldos más bajos de la reserva en exceso en la Fed. Por el contrario, es lo que hace a las tenencias de cartera que determinarán los rendimientos en los mercados de bonos y acciones, “casi independientemente de lo que haga la economía”. Las tenencias relativas de bonos del Tesoro en el sector privado podrían “no cambiar si el Tesoro tenía un presupuesto equilibrado” y por lo tanto no necesitaba “emitir nuevos bonos a medida que los antiguos maduraron”. El experto considera que ese no va a ser el caso dadas las debilidades estructurales del Presupuesto Federal de los Estados Unidos. La única conclusión es que “los rendimientos del Tesoro aumentarán y los diferenciales de crédito se ampliarán”. El escenario alternativo es un aumento masivo en la compra de bonos del Tesoro en el exterior “para compensar la reducción de la balanza de pagos de la Fed”.