El Banco de Inglaterra ha sorprendido al mercado al mantener intacta su política monetaria, pese a los riesgos que sobre la economía pesan tras la victoria del Brexit. Sin embargo, los expertos tienen claro que no todo está en manos de los bancos centrales. "Para algunos, el Banco de Japón ha demostrado los límites de […]
Dirigentes Digital
| 15 jul 2016
El Banco de Inglaterra ha sorprendido al mercado al mantener intacta su política monetaria, pese a los riesgos que sobre la economía pesan tras la victoria del Brexit. Sin embargo, los expertos tienen claro que no todo está en manos de los bancos centrales. "Para algunos, el Banco de Japón ha demostrado los límites de la eficacia de la política monetaria a comienzos de año, cuando rebajó su tipo de referencia hasta territorio negativo y la moneda subió mientras que el mercado de renta variable retrocedió", recuerdan.
Así, desde JP Morgan AM aseguran que hay otros obstáculos que los inversores deben sumar a la incertidumbre generada por el Brexit. "Se han producido algunas tendencias nuevas en los mercados mundiales en los últimos meses, pero una que ya nos resulta muy familiar es la de los nuevos recortes de los tipos de interés, en toda la curva de tipos, hasta el punto de que el 74% de los títulos de deuda pública mundial se negocian a una tir implícita inferior al 1% y las tires son negativas en más del 30% de los casos", advierten.
A su juicio, el Brexit solo ha contribuido como un factor más a esta situación, con un entorno económico que en general no ha cambiado radicalmente desde comienzos de 2016. "Incluso antes de la victoria del Brexit, ya se habían producido algunos acontecimientos de gran importancia para los inversores", recuerdan.
El primero de ellos, un nuevo retroceso de las curvas de tipos y una moderación de la política monetaria internacional. "Esto ha aplanado las curvas de tipos aun cuando los inversores han buscado ingresos en los bonos de mayor duración", aseguran. El segundo, la preocupación a largo plazo por la salud subyacente de la recuperación estadounidense y mundial, que se ha intensificado en respuesta a la constante debilidad de los datos de beneficios y gasto de capital.
"En nuestra opinión, estos acontecimientos son mucho más importantes para los inversores globales que el Brexit, aunque el referéndum británico suma otro factor imprevisible a esta combinación". Desde la firma no observan un riesgo de recesión inminente ni de mercado bajista, "pero el riesgo de retroceso es notablemente más elevado que hace unos años", advierten.
Bajo este escenario, consideran que pese al Brexit, los fundamentales macroeconómicos continúan favoreciendo en general a la renta variable de la Zona Euro. "Para los inversores centrados en los ingresos, la rentabilidad por dividendo medio del 3,7% de la renta variable europea contrasta de forma muy favorable con la rentabilidad del 0,7% de los bonos corporativos europeos o con la rentabilidad por dividendo del 2,3% que ofrece EEUU en estos momentos", indican.
Respecto a los emergentes, aseguran que si el dólar y las materias primas se estabilizan "y observamos que la confianza en la recuperación estadounidense se reafirma es probable que aumentemos nuestra exposición". Sin embargo, hay que ser precavidos. Y no apostarán fuertemente por estas economías "hasta que la mejora de los fundamentales en materia de competitividad y beneficios corporativos se haga efectiva".
Así, aseguran que esto hace que los inversores miren de nuevo a Wall Street, en particular hacia las empresas de gran capitalización, "por sus ventajas defensivas, y hacia los bonos de mayor calidad y mayor duración, tanto para obtener ingresos como una rentabilidad relativamente segura". Desde JP Morgan AM explican que para aquellos que apuesten por un crecimiento moderado, pero sin gran convicción, "una posición neutra con respecto a los bonos y las acciones tiene sentido".
Apuestan además por un Lo mismo se puede decir de un planteamiento más flexible para las carteras, en el que se utilicen enfoques alternativos para proporcionar formas adicionales de "seguridad", además de mejorar potencialmente los resultados. Sin embargo, aseguran que sobre todo es necesario que los inversores entiendan que "la rentabilidad incluso de una cartera con alto potencial va a ser notablemente inferior que en la parte más temprana del ciclo".