En España no existe una definición oficial de pobreza energética, lo que no quiere decir que esto tampoco exista, más bien todo lo contrario. A principios de 2014, ya había más de 4 millones de españoles que no podían pagar sus facturas. Según el portal Kelisto.es, que extrae estas cifras tras contrastar los datos de […]
Dirigentes Digital
| 13 nov 2014
En España no existe una definición oficial de pobreza energética, lo que no quiere decir que esto tampoco exista, más bien todo lo contrario. A principios de 2014, ya había más de 4 millones de españoles que no podían pagar sus facturas.
Según el portal Kelisto.es, que extrae estas cifras tras contrastar los datos de Eurostat sobre porcentaje de población que no puede mantener la casa a temperatura adecuada con los datos del censo de población del Instituto Nacional de Estadística (INE), el aumento de los precios de la energía y la caída de los ingresos de las familias provocada por la crisis han disparado el número de personas en pobreza energética, hasta el punto de que los 2,7 millones de 2008 son ahora más del doble.
Este informe, también indicaba, a partir de datos del Observatorio de la sostenibilidad en España, que este tipo de pobreza provoca más de 2.300 muertes al año, más que los accidentes de tráfico.
El aumento del número de pobres energéticos en nuestro país se debe a dos factores fundamentales. Por un lado, el aumento del precio de la luz, que en el tercer trimestre fue de un 8,8% para el consumidor medio, es decir, unos 70 euros al año. Y por otro, la disminución del dinero con el que disponen las familias. Según la "Radiografía del Ahorro 2014" elaborado por el mismo portal, la renta disponible de las familias se ha desplomado más de un 5% desde 2008, mientras que los precios se disparan más del 10%. Esta combinación ha provocado que los hogares españoles sean hoy más pobres que antes de que comenzara la crisis económica.
Detrás de este descenso de la renta familiar se encuentran factores como la caída de los salarios y el incremento del desempleo. El sueldo medio neto por persona ha experimentado tres caídas consecutivas durante los años centrales de la crisis (2010, 2011 y 2012).
De cara al cierre de 2014, los datos muestran que la situación de los hogares mantendrá una tendencia similar a la experimentada entre 2008 y 2013, por lo que presumiblemente, el número de pobres energéticos seguirá los mismos pasos y volverá a crecer.
Cataluña ha sido una de las primeras Comunidades Autónomas en sacar a la luz este problema, y por eso pretenden poner en marcha un fondo o una bolsa en la que diferentes entidades, ayuntamientos, la misma Generalitat y las empresas de suministro pondrían dinero para hacer frente a las facturas impagadas de las familias más vulnerables y evitar los cortes en el servicio.
Por lo pronto, y mientras se consolida esta idea el Ejecutivo catalán ha pedido por carta al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que aplique una exención del 21 % del IVA en el suministro de electricidad, agua y gas a los usuarios que se encuentren "en situaciones de vulnerabilidad económica".
Teniendo en cuenta la falta de una protección adecuada frente a cortes de suministro, y la ausencia de una sólida política que evite este tipo de situaciones y ayude a las familias con mayor riesgo de exclusión social, parece evidente que desde Moncloa no se llevará a cabo ninguna acción al respecto y menos, teniendo en cuenta que esta hipotética ley, afectaría, sobre todo, a las principales empresas energéticas del país.
El presidente de Unesa, Asociación Española de la Industria Eléctrica, Eduardo Montes, se ha mostrado negativo ante la posibilidad de un recibo de la luz vinculado a los ingresos del consumidor, como propone Podemos en su programa electoral. En este sentido ha declarado que, "la pobreza energética es posible que no sea la más acuciante" de las diferentes formas de penurias existentes en España" y ha pedido no hablar de ese término nacido en Reino Unido y asumir que se debe hablar de "pobreza en general".