La principal preocupación (más allá de los shocks externos que puedan suponer la Fed y las turbulencias en China) es que Grecia no aplique las reformas acordadas con sus acreedores, lo que podría reprobar su ya tercer rescate. Por otra parte, advierten la economía y la política de Reino Unido divergen con las de la […]
Dirigentes Digital
| 25 ago 2015
La principal preocupación (más allá de los shocks externos que puedan suponer la Fed y las turbulencias en China) es que Grecia no aplique las reformas acordadas con sus acreedores, lo que podría reprobar su ya tercer rescate. Por otra parte, advierten la economía y la política de Reino Unido divergen con las de la Unión Europea (UE); mientras otros partidos "antisistema", están escalando posiciones en Francia, Hungría o España; al tiempo que los esfuerzos reformistas en la región son débiles, el endeudamiento alto y la demografía negativa.
Concretamente, sobre las elecciones en España afirman: "Un resurgimiento de Podemos traería nerviosismo al mercado y pesaría sobre el crecimiento ante la reducción de la inversión".
En este contexto, los expertos de dichas firmas consideran que "sigue siendo difícil alcanzar una recuperación estructural más amplia" en la Zona Euro. Opinan que las autoridades tienen aún mucho trabajo por delante para apoyar la demanda agregada. Así, esperan que el Banco Central Europeo (BCE) amplie su programa de compras de deuda (QE) más allá de 2016 y una mayor debilidad para la moneda única.
Si finalmente la Zona Euro consigue "contener el desbordamiento de Grecia", aunque las repercusiones de la austeridad y los controles de capital serán claramente contraproducentes para el país, en el resto de naciones no habría grandes cambios en las tasas de crecimiento anual, continuaría el rebote cíclico y la "moderación" que prevén para 2016. Ahora bien, si la "tragedia helena" vuelve a "irse de madre", eso sí, sin salida del euro pero con impago en la deuda, esto costaría a la economía de la región 0,1 puntos porcentuales al PIB de este año y 0,4 al del próximo.
Con todo, ETF Securities Research y Roubini Global Economics mantienen su perspectiva de que la rentabilidad de los bonos a diez años de Estados Unidos cierre el año en el 2,5%, mientras que el bund alemán hará lo propio en niveles del 0,5%. "Los rendimientos a largo plazo del G4 seguirán ‘contenidos’ por los programas de compra de activos del BCE y del Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés).
En lo que respecta a la renta variable, señalan que la debilidad de las ventas minoristas estadounidenses y el desplome adicional del petróleo suponen riesgos bajistas para el crecimiento del tercer trimestre, lo que "atemperará" las perspectivas de Estados Unidos.
Todo esto "sugiere riesgos a la baja para los sectores de crecimiento apalancado (nacionales e internacionales cíclicos)". Ahora bien, añaden, estos peligros se verán compensados "por una mayor probabilidad de que la Reserva Federal (Fed) retrase la primera subida de tipos hasta diciembre en lugar de en septiembre".