La entidad ahondó en los principales riesgos macroeconómicos que deberán enfrentar las economías tras la crisis, como el tapering, así como en sus perspectivas para el resto de año y para 2018, y sus recomendaciones para las carteras. Desde Inversis identifican cuatro riesgos macroeconómicos principales. En primer lugar, la maduración del ciclo económico americano. Ante […]
Dirigentes Digital
| 13 oct 2017
La entidad ahondó en los principales riesgos macroeconómicos que deberán enfrentar las economías tras la crisis, como el tapering, así como en sus perspectivas para el resto de año y para 2018, y sus recomendaciones para las carteras. Desde Inversis identifican cuatro riesgos macroeconómicos principales. En primer lugar, la maduración del ciclo económico americano. Ante este aspecto, advierten que se debe estar alerta teniendo en cuenta que este será el octavo año de expansión económica continuada, mientras que la economía estadounidense de la posguerra ha caído en recesión, de media, una vez cada seis años, con lo que en la actualidad estaríamos “en tiempo de descuento”. En segundo lugar, el legado financiero de la crisis que han heredado las economías avanzadas en el que destacan, fundamentalmente, un apalancamiento empresarial al alza y la carga de una deuda soberana excesiva. Por otro lado, se apuntó a la permanencia de altos volúmenes de activos dañados en el balance de los bancos, un aspecto que cobra especial importancia para la Unión Europea, por la magnitud de su morosidad (cuenta con una ratio medio del 5,1% y 10 Estados miembros tienen tasas superiores al 10%). Por último, se destaca la normalización de la política monetaria estadounidense, el conocido como “tapering”. Adicionalmente, el estratega macro de la entidad, se adentró en los efectos positivos que se estiman, produjo el programa de QE (Quantitative Easing), como la reducción del desempleo en 1,25 puntos porcentuales, el incremento de la inflación alrededor de 0,5 puntos porcentuales o la reducción del tipo de cambio efectivo del dólar en 4,5-5%, entre otros. Por estas razones, existe el temor sobre el impacto que la retirada de los estímulos monetarios y la normalización de las políticas monetarias pudieran tener sobre la economía y sobre los mercados en general. Desde Inversis por el contrario, consideran que estas medidas tienen sólidas bases sobre las que apoyarse y no creen que el impacto sea muy negativo. En cuanto a las perspectivas globales, Ignacio Muñoz-Alonso señaló que la primera mitad de 2017 ha sido el mejor comienzo de año desde 2011 en cuanto crecimiento mundial, que se estima en un 3,5% para el conjunto 2017 y un 3,6% para 2018, según el FMI. Destacan fundamentalmente, el impulso económico en Europa y Japón, y los sólidos beneficios empresariales a nivel mundial. Con ello, desde el banco esperan que la economía global termine el año manteniendo la tendencia registrada en los trimestres anteriores. En el caso de Estados Unidos, considerando su pleno empleo y que su economía está entrando en la fase del ciclo tardío, un excesivo endurecimiento de las políticas monetarias representaría la mayor amenaza para unos mercados constructivos. No obstante, en palabras de Ignacio Muñoz-Alonso, “el tono de la Reserva Federal de implementar un ascenso gradual, sigue siendo tranquilizador, por lo que un ritmo aproximadamente trimestral de alzas de tipos sigue en sintonía con el impulso económico actual y no debería obstaculizar una visión positiva de los mercados de activos”. Por otro lado, hizo hincapié en la elevada incertidumbre política, que amenaza con convertirse en un obstáculo de no iniciarse la ejecución de parte de las políticas anunciadas durante los nueve primeros meses de mandato presidencial. Las previsiones para el país son que la economía crezca a un ritmo moderado durante los próximos 12 meses, así como una tendencia gradual al alza de la inflación. En cuanto a Europa, desde la entidad esperan que la actual fase de crecimiento se consolide en el entorno del 2%, pero que pierda impulso durante el cuarto trimestre de 2017. Por el lado de la inflación, consideran que debería consolidarse en los niveles actuales del 1,5% durante el resto del año. Se espera además que el BCE anuncie en octubre su intención de desactivar el programa QE e inicie el programa de reducción de compras de bonos, ambas a lo largo de 2018. Focalizándonos en España, Inversis apunta a que el crecimiento del PIB sigue sorprendiendo positivamente ayudado por unas condiciones externas todavía favorables y por la potente recuperación de la demanda interna. Con ello, tras crecer cerca del 3,3% en 2015 y 2016 y prever un 3,1% para este año, desde el banco anticipan una gradual desaceleración que dejará la variación del PIB próxima al 2,3% en 2018 y en el 1,9% en 2019. La entidad también destacó durante la presentación la posible ralentización de la creación de empleo y del consumo. Considera que España volverá a los 20 millones de empleos en 2019 aunque seguirá muy por debajo de 2008, con el agravante de la precariedad laboral, el menor salario medio y la vulnerabilidad de las cotizaciones a la Seguridad Social. Dentro de este contexto, la entidad apuesta por una estrategia de cartera en la que sobrepondera la renta variable frente a la renta fija, teniendo en cuenta que las primas de riesgo siguen por encima de la media (6% EE.UU. y 7,1% en Europa) y la brecha que se ha abierto respecto al crédito. En referencia a las bolsas emergentes, la entidad observa que su excelente comportamiento y la aceleración de los beneficios irán frenándose en los próximos meses. Al mismo tiempo, recomiendan evitar high yield europeo y reducir el americano. En cuanto a las materias primas, estiman que el petróleo se estabilice por encima de 50 dólares con un techo a la baja de 60 dólares.