Tras el anuncio de Trump de imponer 25% de arancel a 50.000 millones de importaciones de China el representante comercial de EEUU ha detallado la lista. China ha reaccionado rápidamente con su propia lista por el mismo valor de importaciones de EEUU y Trump intensificado la retórica, sugiriendo hasta 150.000 millones en nuevos aranceles (de […]
Dirigentes Digital
| 16 abr 2018
Tras el anuncio de Trump de imponer 25% de arancel a 50.000 millones de importaciones de China el representante comercial de EEUU ha detallado la lista. China ha reaccionado rápidamente con su propia lista por el mismo valor de importaciones de EEUU y Trump intensificado la retórica, sugiriendo hasta 150.000 millones en nuevos aranceles (de 500.000 millones de importaciones de China –la cual importa 150.000 millones de EEUU).
Posteriormente Trump ha destacado en Twitter su amistad con el Presidente Xi Jinping, quien ha reafirmado que China no busca superávit comercial y prometido reducir aranceles a automóviles y otros productos, así como ampliar el acceso a sus mercados para sectores como servicios financieros (especialmente seguros) y algunas industrias manufactureras como automóviles y aeronaves, así como mejorar el entorno de inversión, en particular, la protección de la propiedad intelectual.
El caso es que Trump sigue muy impredecible y China muestra sus músculos, de manera que estos movimientos han generado nuevos temores. Pero por ahora mantenemos nuestro escenario macroeconómico sin cambios: crecimiento 3% del PIB en EEUU y 6,5% en China en 2018, aunque los riesgos han aumentado.
Las amenazas de Trump seguirán siendo retóricas
Seguimos creyendo que las amenazas de Trump seguirán siendo retóricas, como herramienta de negociación, encaminada a obtener concesiones de China. Por ahora los 50.000 millones deben servir para la negociación y de momento no esperamos que se añadan los 100.000 millones de dólares de importaciones chinas a la lista. De todas formas, no se activarán antes de un proceso de consultas públicas de un mes o más. Además, Trump parece sensible a los giros bursátiles: ha puesto mucho énfasis en ello como signo de su éxito desde que comenzó su mandato. Su tono más tranquilizador está probablemente dirigido a calmar a los mercados. A ello se añade que los lobbies de exportadores estadounidenses se están volviendo más visibles y presionan para frenar la retórica peligrosa. Incluso se ha mencionado que el proyecto de ley agrícola de EEUU, que establece subsidios a agricultores y se discutirá a finales de año en el Congreso, puede proteger a los exportadores de soja, políticamente sensibles. Adicionalmente es probable que la burocracia, incluyendo el representante comercial de EEUU, no siga a Trump.
Reducir déficit comercial puede no ser el único objetivo de Trump
Sin embargo, hay riesgo de consecuencias indirectas, potencialmente más peligrosas para ambas economías, por erosión de sentimiento empresarial y fluctuaciones del mercado financiero. De hecho, la tensión comercial entre EEUU y China puede prolongarse al estar en juego elementos geopolíticos.
Hay que tener en cuenta que reducir déficit comercial bilateral puede no ser el único objetivo de la administración Trump. También puede querer contener la creciente ambición de China en tecnologías. Así, el informe del representante comercial de EEUU señala a la planificación industrial, incluida la estrategia “Made in China 2025”, mediante aranceles dirigidos a industrias de alta tecnología que el gobierno chino quiere favorecer la próxima década: aeroespacial, tecnología de la información y comunicación, robótica y maquinaria.
En este sentido, aunque es probable que China se comprometa a estándares más altos de protección de la propiedad intelectual, no creemos que renuncie a sus políticas industriales y ambiciones tecnológicas.
Así que las tensiones pueden durar mucho más que si sólo se tratase de una disputa comercial, pues la supremacía tecnológica es parte de una competencia mucho más amplia por el liderazgo mundial de las próximas décadas. China quiere expandir su influencia global con iniciativas como el programa del “Cinturón y Nueva Ruta de la Seda”, que quiere conectar Europa, Asia y Oriente Medio por la antigua ruta de la seda y una marítima paralela en 60 países donde China tiene previsto invertir 1,4 billones de dólares, que inevitablemente plantea desafíos para el orden mundial dominado por EEUU. Además, el declive del “hiper-imperio” de EEUU en un mundo multipolar implica posibilidades de desestabilización.
De manera que los desafíos de geopolítica han de vigilarse estrechamente, pues pueden prevalecer sobre las metas económicas anunciadas. Los asesores geopolíticos de Trump, incluyendo el recién nombrado John Bolton, deben ser seguidos estrechamente, al igual que asesores económicos como Larry Kudlow y el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Europa es particularmente vulnerable
Así, en caso de que se intensifiquen los conflictos comerciales, los efectos indirectos pueden ser más significativos, incluyendo posible endurecimiento de condiciones financieras, afectando ampliamente a la economía
En este sentido Europa es particularmente vulnerable, dado su grado relativamente alto de apertura al comercio -aproximadamente 25% del crecimiento del PIB de la zona euro en 2017, siendo las exportaciones 47% del PIB en 2017, en comparación con 12% de EEUU-. Además, la zona euro está altamente integrada en las cadenas de valor globales. El cálculo de la OCDE de valor añadido extranjero sobre total de exportaciones brutas indica que los países más expuestos, con valor agregado extranjero 25-27% son Alemania, Italia, Francia y España. China llega al 29,5% y también es alto en mercados emergentes más pequeños, en comparación con 15% de EEUU. EEUU representa 13% de las exportaciones de la zona euro, seguido de Reino Unido (12%), China (7,5%) y Suiza (6%).
Incluso si la UE queda exenta de aranceles de EEUU, los efectos sobre precio y volumen de productos intermedios pueden verse amplificados por terceros países que adopten represalias y una caída sostenida de la confianza empresarial que afecte a la inversión.