El Sol se encuentra en fase activa desde hace un año y sus picos de máxima actividad serán en el mes de junio. Asimismo, durante el resto del año la Tierra podría ser azotada por tormentas solares de gran magnitud. Si esto sucediera podrían verse afectados sistemas de comunicaciones en algunas zonas del planeta en […]
Dirigentes Digital
| 16 jun 2015
El Sol se encuentra en fase activa desde hace un año y sus picos de máxima actividad serán en el mes de junio. Asimismo, durante el resto del año la Tierra podría ser azotada por tormentas solares de gran magnitud. Si esto sucediera podrían verse afectados sistemas de comunicaciones en algunas zonas del planeta en marzo. Los efectos puntuales de estas tormentas, dependiendo de su intensidad, incluyen el mal funcionamiento de satélites, sistemas de navegación, falta de suministro eléctrico u oleoductos en ciudades enteras.
Cristina Mandrini, directora del grupo Física Solar del IAFE, Conicet-UBA, explica también que "una tormenta geomagnética puede modificar el campo magnético terrestre y alcanzar la superficie provocando lo que se conoce como inducción electromagnética. Esto genera un aumento en la intensidad del tendido eléctrico y sobrecarga las líneas de alta tensión y generadores eléctricos".
Los centros de monitoreo que emitieron la alerta señalan que el impacto negativo podría ocurrir si el fenómeno choca contra el campo magnético terrestre. Esto a pesar de que esté ocurriendo a más de 149 millones de kilómetros de la Tierra.
Según Hebe Cremades, doctora en Física e investigadora del Conicet en el GEAA de la UTN Mendoza, se denomina a "clima espacial" a las condiciones en el espacio, la Magnetósfera, la Ionósfera y la Termósfera, regidas primordialmente por la actividad solar. Las tormentas geomagnéticas, en tanto, se producen cuando el viento solar tiene características particulares que favorecen su interacción con la magnetósfera terrestre.
Consultada sobre los posibles efectos de estas tormentas y cómo afectan o afectarían a las redes de comunicaciones, de energía y de navegación en la Tierra, indicó que esta alteración de la Magnetósfera conlleva una variedad de efectos indeseables para la sociedad actual, "tan dependiente de la tecnología" según sus propias palabras.
"Las comunicaciones por radio pueden verse afectadas en mayor o menor grado en varios rangos de frecuencia. Esto puede ser crítico para vuelos transpolares, que cerca del polo usan estas frecuencias como modo principal de comunicación. Por su parte, los sistemas de navegación satelital pueden experimentar errores, mientras que los satélites en general pueden sufrir daños en sus componentes electrónicos y sufrir pérdidas de altitud, entre otros efectos. Por otro lado, en las líneas ‘largas’ de transmisión, como por ejemplo las de alta tensión, oleoductos, gasoductos y sistemas de ferrocarril, se pueden inducir corrientes elevadas, del orden de 5 a 50 A.