Los asesores fiscales en esta época del año con la campaña de la renta no paran de insistir que cualquier subvención del Estado debe tributar como un incremento de la ganancia patrimonial en el IRPF, salvo que se indique lo contrario como ciertas ayudas al alquiler de algunas Comunidades Autonómicas. El Gobierno acaba de anunciar […]
Dirigentes Digital
| 08 may 2015
Los asesores fiscales en esta época del año con la campaña de la renta no paran de insistir que cualquier subvención del Estado debe tributar como un incremento de la ganancia patrimonial en el IRPF, salvo que se indique lo contrario como ciertas ayudas al alquiler de algunas Comunidades Autonómicas. El Gobierno acaba de anunciar un nuevo Plan PIVE para la adquisición de nuevos vehículos con una financiación de 225 millones de euros que se traducirá en una ayuda de 1.500 euros por vehículo.
Pero las ayudas tienen su letra pequeña en la declaración de la renta, como en anteriores ocasiones, habrá que incluirla como un ingreso en el IRPF. Hacienda está comenzando a reclamarla a los contribuyentes que se beneficiaron de ellas en 2013. La Agencia Tributaria al cruzar los datos con los concesionarios o con las Comunidades Autónomas está obligando a revisar anteriores declaraciones al no incluirse como un incremento de sus rentas. Aquellos al que se le notifiquen tendrán que asumir los intereses de demora.
Las ayudas para la compra de vehículos, que se canaliza a través de ser financiada a la mitad por los concesionarios y la otra mitad por el Estado directamente, no está exenta de tributación en el IRPF. En la mayoría de las ocasiones no vienen recogidas en los borradores que envía Hacienda, por lo que el contribuyente debe incluirlas. Por ejemplo, en la declaración de 2014, si la ayuda fue de 2.000 euros y la suma de la misma con las rentas del trabajo se sitúan entre 17.700 y 33.000 euros, se tendrán que devolver a la administración 600 euros, al tributar al 30%. Si la renta supera los 300.000 euros anuales, Hacienda recuperará 1.040 euros.