La economía mundial está protagonizando una modesta recuperación, lo suficientemente sólida como para mantener a los mercados a flote pero no tan dinámica como para desencadenar un endurecimiento de las políticas monetarias de forma inminente, señala Kate Moore, estratega jefa de renta variable en el BlackRock Investment Institute (BII). No obstante, después de un repunte […]
Dirigentes Digital
| 11 sep 2017
La economía mundial está protagonizando una modesta recuperación, lo suficientemente sólida como para mantener a los mercados a flote pero no tan dinámica como para desencadenar un endurecimiento de las políticas monetarias de forma inminente, señala Kate Moore, estratega jefa de renta variable en el BlackRock Investment Institute (BII). No obstante, después de un repunte de ocho años, los inversores se muestran escépticos sobre las valoraciones de la renta variable. ¿Deben ajustarse los múltiplos del mercado hasta sus niveles históricos o, tal vez, hasta un nuevo “valor razonable”? Y, al fin y al cabo, ¿qué importancia tienen realmente las valoraciones de la renta variable? Esa es la cuestión que se pregunta la experta. Tal y como explica la estratega jefe de renta variable de BlackRock, históricamente, “las valoraciones iniciales no han constituido un indicador muy seguro de las rentabilidades futuras de la renta variable a corto plazo. Muestran una sólida correlación con las rentabilidades a largo plazo en Estados Unidos, pero conforman una referencia menos fiable en otros mercados”. Así pues, señala que la composición del mercado “es importante”. Por ejemplo, la prima de valoración en Estados Unidos frente a Europa se disipa si no tenemos en cuenta varios valores tecnológicos de rápido crecimiento. En su opinión, “las regiones o los índices con una mayor proporción de sectores con elevados márgenes pueden cotizar con unas valoraciones notablemente superiores”. Aunque un punto que resulta bastante llamativo observando el entorno actual es que “las elevadas valoraciones que observamos actualmente podrían lastrar las rentabilidades futuras, pero esperamos que el crecimiento de los dividendos y los beneficios repunte a medio plazo”. Así pues, considera que “las valoraciones no se encuentran en niveles tan elevados como pudiera parecer: es poco probable que los múltiplos se reviertan hasta sus medias históricas en un mundo que presenta unos tipos de interés estructuralmente inferiores”.