La victoria del stablishment en Holanda ha dado el respiro que necesitaba a la Bolsa europea. El resultado supone un espaldarazo para los partidos tradicionales en el verdadero foco de riesgo político que es Francia, aunque no son pocos los expertos que consideran inadecuados extrapolar la situación del primer país al segundo. Con todo, los […]
Dirigentes Digital
| 23 mar 2017
La victoria del stablishment en Holanda ha dado el respiro que necesitaba a la Bolsa europea. El resultado supone un espaldarazo para los partidos tradicionales en el verdadero foco de riesgo político que es Francia, aunque no son pocos los expertos que consideran inadecuados extrapolar la situación del primer país al segundo. Con todo, los escándalos políticos de sus adversarios y la pérdida de apoyo del Frente Nacional de Marine Le Pen, benefician al ‘mejor’ candidato para los mercados, Emmanuel Macron, y las tensiones se aligeran tanto en la renta variable como en la renta fija. Sin embargo, el equilibrio de fuerzas parece, cuanto menos, inestable, pues, tras el atentado terrorista de Londres de este miércoles, las opciones de que la formación de extrema derecha se imponga en las elecciones galas han subido del 26% al 35%, según un índice basado en las casas de apuestas… En este contexto, la última encuesta de gestores de fondos de Bank of America Merrill Lynch arroja, para la firma, señales de complacencia ante la cita con las urnas de los franceses: “El consenso es más optimista que nosotros sobre los riesgos para la Bolsa. Si Marine Le Pen gana sólo el 28% de los profesionales consultados ve al Euro Stoxx caer más de un 10%”. Sin embargo, estos analistas creen su victoria, incluso aún cuando no implique un Frexit (salida de la Zona Euro), probablemente aumente el riesgo de desintegración de la región “conduciendo a un importante sell-off inicial”, que cifran en caídas para el índice paneuropeo de entre el 13% y el 23%. “La llegada de un auténtico mercado bajista es posible si París parece dirigirse fuera del euro”, afirman. Números similares manejan para el Cac 40 desde Saxo Bank, cuyo economista, Christopher Dembik, cree que la Bolsa gala podría caer un 20% días después de la primera ronda, en la que Le Pen podría obtener cerca de un 27% de los votos, muy por encima del resto de candidatos. Podría incluso superar el 40% en la segunda, aunque “es poco probable que pueda cruzar el umbral decisivo del 50%”, matiza. Y es que, señala, para que ganara serían “necesarias circunstancias excepcionales históricas”, como una caída sin precedentes de la tasas de participación. “Para ser presidente es crucial ganar los votos de los mayores de 60, que tienen a votar menos por el Frente Nacional debido a la salida del euro y el impacto potencial en el ahorro”, añade este experto. Así, apunta, si Le Pen “hace posible lo imposible (…) Es bastante fácil anticipar que el mercado de renta variable francés caería de forma pronunciada. Si bien, históricamente, las elecciones presidenciales tienen un impacto marginal en los activos financieros”. Recuerda que “la única elección de la Quinta República que tuvo una consecuencia notable fue la de 1981 y dio lugar a la victoria del candidato socialista François Mitterrand. En los 30 días siguientes a la primera ronda, la Bolsa francesa cayó casi un 20%, ya que los inversores temían que los ‘tanques soviéticos desfilaran en los Campos Elíseos’. Un cambio similar es probable si el Frente Nacional gana, al menos hasta que los participantes del mercado extranjeros se dan cuenta de que el nuevo presidente está ‘impotente’”. Pues, detalla, “Le Pen se encontraría rápidamente en la incómoda posición de un presidente que está privado de todo poder real. De hecho, es casi seguro que no podrá obtener una mayoría en el Parlamento en las elecciones legislativas programadas para los días 11 y 18 de junio. Por lo tanto, el país estaría en una situación de cohabitación. Esta sería la cuarta vez desde 1958 y la primera vez desde el referéndum sobre el quinquenio presidencial de septiembre de 2000, cuyo objetivo es evitar la convivencia lo más posible, alineando la duración del mandato presidencial con la de los diputados. La cohabitación evitará que organice un referéndum sobre la adhesión a la Unión Europea (UE), como planeó hacer después de negociar un ‘mejor acuerdo’ con Bruselas”.