Terremoto Trump para la economía estadounidense. Es lo que esperan algunos análisis económicos de la hipotética llegada del magnate inmobiliario a la Casa Blanca el próximo 8 de noviembre. Pero lo cierto es que en plena campaña el salvaje Donald Trump se está moderando. Prueba de ello es que de la promesa inicial de rebajar […]
Dirigentes Digital
| 09 nov 2016
Terremoto Trump para la economía estadounidense. Es lo que esperan algunos análisis económicos de la hipotética llegada del magnate inmobiliario a la Casa Blanca el próximo 8 de noviembre. Pero lo cierto es que en plena campaña el salvaje Donald Trump se está moderando. Prueba de ello es que de la promesa inicial de rebajar los impuestos en 10.000 millones de dólares, el candidato republicano ha retocado su programa electoral para que el recorte tributario se quede en 4.400 millones en su posible mandato. A pesar de la moderación de las últimas semanas, mantiene la mano dura contra la inmigración y el desmantelamiento del Obamacare como eje fundamental de sus políticas que repercutirá irremediablemente en la economía estadounidense. Moody’s Analytics ya predecía un crecimiento económico anual promedio en 2016-2026 del 1,4% en el caso de que Trump ganara. Pero ante los agoreros pronósticos de los expertos, Trump defiende que su programa creará 25 millones de puestos de trabajo y un crecimiento anual para la economía del 4%. Dierk Brandenburg, analista Senior de renta fija pública de Fidelity, estima que el mantra proteccionista del nuevo gobierno pondrá palos en las ruedas de algunos acuerdos comerciales clave que EEUU, ya ha suscrito. “La posibilidad de que suban los aranceles no será bien acogida en algunos países, especialmente de los mercados emergentes, que tienen en el comercio mundial su mayor fuente de crecimiento”, indica. Sin embargo, más allá de eso, Donald Trump tendrá dificultades para sacar adelante todas sus promesas electorales, especialmente en las áreas donde necesitará el apoyo de lo que parece un partido republicano dividido y un Congreso bloqueado, tal y como indica el experto. “Probablemente veamos una huida de todo lo relacionado con EEUU en el periodo inmediatamente posterior a las elecciones, pero no son todo malas noticias para los activos estadounidenses”, asegura, recordando que el presidente republicano ha abogado firmemente por rebajar los impuestos a las empresas y familias, lo que, de aplicarse, sería beneficioso para el sector empresarial del país. Desde la firma indican además que en unas elecciones marcadas por los fuertes contrastes en las políticas de los candidatos, hubo un ámbito de inusual acuerdo entre Clinton y Trump: el gasto público. “Tanto Clinton como Trump han estado de acuerdo aumentar la inversión en infraestructuras y armamento, por lo que el mercado ya lo descuenta en parte, pero en las dos áreas existen oportunidades de inversión muy interesantes”, explican. A su juicio, de cara a 2017, la economía estadounidense sigue gozando de buena salud y debería seguir avanzando a un ritmo moderado apoyado en la fortaleza del mercado laboral, el dinamismo del consumo y la recuperación continua del mercado de la vivienda.