El fuerte crecimiento de la economía y el empleo ha reactivado la contratación de espacios de oficinas en Madrid, que alcanzó mínimos en 2012. En los últimos dos años, el número de metros cuadrados se ha incrementado un 19%, hasta los 433.079 en 2016. Entre 2015 y 2016 se firmaron 97 operaciones por encima de […]
Dirigentes Digital
| 01 sep 2017
El fuerte crecimiento de la economía y el empleo ha reactivado la contratación de espacios de oficinas en Madrid, que alcanzó mínimos en 2012. En los últimos dos años, el número de metros cuadrados se ha incrementado un 19%, hasta los 433.079 en 2016. Entre 2015 y 2016 se firmaron 97 operaciones por encima de los 2.000 metros cuadrados frente a las 79 de 2013-2014, lo que supone un aumento del 24% según el último informe de JLL ¿Hacia dónde se mueven las empresas?. La periferia ha sido la zona de mayor actividad, con el 55% de las transacciones de más de 2.000 metros cuadrados; le sigue el centro financiero de la capital (CBD), con un 23%. En Madrid, las empresas dedicadas a información y comunicaciones, actividades financieras y seguros, y actividades profesionales acumulan más de la mitad (54%) de las transacciones firmadas por encima de los 2.000 metros cuadrados. En total, estas operaciones supusieron unos 277.000 metros cuadrados, el 56% de los metros firmados. El Comercio, por su parte, supone más del 23% de las empresas de Madrid y representó el 16% de las operaciones de oficinas con más de 80.000 metros cuadrados contratados. Por qué se mudan Buscar oficinas de mejor calidad o reagrupar a toda la compañía en un único edificio suelen ser los motivos principales por los que las empresas se mueven en Madrid. El traslado neutro, es decir, hacia un local con el mismo número de metros cuadrados, es la principal característica de la contratación de espacios de oficinas de más de 2.000 metros. El siguiente motivo que las compañías alegan para trasladarse es la ampliación del espacio y, en tercer lugar, la consolidación. Además, muchas empresas se mudan porque quieren hacer cambios en su método de trabajo y se mueven hacia la flexibilización de los espacios, con entornos más funcionales y colaborativos. De hecho, las previsiones de JLL apuntan a que, en 2030, el 30% de las carteras inmobiliarias de las empresas estará formado por espacios flexibles. Estas razones contrastan fuertemente con la realidad que presentaba el mercado de oficinas hasta 2013 o incluso 2014. Entonces, los cambios de oficinas se debían a una necesidad de reducir el espacio o de reducir costes, para lo que se buscaban rentas más baratas. 
