Colombia es el mejor país de Latinoamérica para hacer negocios, por lo menos esto es lo que refleja el índice Doing Business que acaba de publicarse. A pesar del mejor país de la región, el país se encuentra lejos de los primeros puestos porque en la clasificación general ocupa el lugar número 34. En este […]
Dirigentes Digital
| 30 oct 2014
Colombia es el mejor país de Latinoamérica para hacer negocios, por lo menos esto es lo que refleja el índice Doing Business que acaba de publicarse. A pesar del mejor país de la región, el país se encuentra lejos de los primeros puestos porque en la clasificación general ocupa el lugar número 34.
En este país son necesarios 11 días para abrir un negocio y doce para el manejo de permisos de construcción. Además, la clasificación apunta que se necesitan 22 días para el pago de impuestos y cuatro para la resolución de una insolvencia.
Por detrás de Colombia, se sitúa Perú y México. El primero en el puesto 35 de la clasificación general y el segundo en el puesto 39. Puerto Rico y Panamá completan el top five de los países latinoamericanos y del Caribe donde es más fácil hacer negocios.
En el lado contrario, el país donde es más difícil hacer negocios es Venezuela. La verdad es que no parece sorprender el lugar de la lista que ocupa el país gobernado por Nicolás Maduro. El gobierno del país que controla tanto parte de la producción, como la distribución hace que la entrada del negocio privado no sea sencillo.
Sin llegar a ser Venezuela, Haití y Surinam son los otros dos peores países de la clasificación regional donde es más difícil hacer negocios. Si en el caso de Venezuela se necesitan 182 días para abrir un negocio, en Haití se necesitan 180 días y en Surinam 162.
¿Qué mide Doing Business?
Los indicadores presentados y analizados en este índice elaborado por el Banco Mundial miden la regulación empresarial y la protección de los derechos de propiedad, así como sus efectos sobre las empresas, especialmente las nacionales de pequeño y mediano tamaño.
En primer lugar, los indicadores documentan el grado de regulación, como el número de procedimientos para la apertura de una empresa o el registro y transferencia de una propiedad comercial. En segundo lugar, miden las consecuencias derivadas de dicha regulación, como el tiempo y el costo necesarios para el cumplimiento de contratos, la gestión de una quiebra o el comercio transfronterizo.
En tercer lugar, se analiza el alcance de la protección legal de la propiedad, por ejemplo, la protección de los inversores frente a abusos por parte de los directores de la empresa o el tipo de activos que pueden utilizarse como garantía, de acuerdo con las leyes de transacciones garantizadas. En cuarto lugar, un grupo de indicadores documenta las cargas impositivas sobre las empresas. Por último, un grupo de indicadores mide los diferentes aspectos de la regulación del empleo.