Después de que en 2014 el precio del barril de petróleo se desplomara a menos de la mitad, las petroleras se vieron obligadas a buscar la manera de reducir gastos. Que el precio del crudo siga sin recuperar su precio ha derivado en que las empresas petrolíferas tengan que desinvertir en aquellos proyectos que no […]
Dirigentes Digital
| 12 may 2016
Después de que en 2014 el precio del barril de petróleo se desplomara a menos de la mitad, las petroleras se vieron obligadas a buscar la manera de reducir gastos. Que el precio del crudo siga sin recuperar su precio ha derivado en que las empresas petrolíferas tengan que desinvertir en aquellos proyectos que no sean rentables en estos momentos. Ahora mismo no hay margen para negocios que reporten beneficios a largo plazo.
Por esta razón, compañías como Royal Dutch Shell o ConocoPhillips han tenido que tomar la decisión de no renovar sus permisos de explotación en el mar de Chuckotca. Los terrenos del mar del Ártico, aquellos que se esperaba que fueran los próximos grandes descubrimientos de yacimientos petrolíferos, a día de hoy salen demasiado caros.
Entre lo costoso en tiempo y dinero que es extraer petróleo en estas localizaciones, debido al clima de frío extremo del Ártico, a que las compañías pagaron 2.500 millones de dólares por los derechos de perforación y a que el precio del petróleo está en mínimos históricos, a las petroleras no les compensa seguir adelante con la extracción en estas zonas.
Se calcula que el Ártico estadounidense alberga 27.000 millones de barriles de petróleo y 3,73 billones de metros cúbicos de gas natural, pero las dificultades para explotar los recursos enterrados bajo las aguas heladas de la cima del mundo que han tenido las empresas de energía han causado que las dos petroleras oficializaran la decisión de abandonar la zona del Ártico antes del plazo del 1 de mayo, fijado por el gobierno estadounidense. Si antes de esta fecha las petroleas no pagaban los millones de dólares acordados no podían renovar el alquiler de los terrenos del mar de Chukotca, al norte de Alaska.
El año pasado, Royal Dutch Shell ya puso fin a una exploración llena de contratiempos para buscar crudo en el Ártico. Esta le había costado 8.000 millones de dólares después de obtener resultados decepcionantes de un pozo de prueba en el mar de Chukotca.
En definitiva, lo que han hecho las petroleras es renunciar a más del 80% de los derechos de perforación para no verse obligados a seguir invirtiendo dinero en misiones de extracción de petróleo que hasta ahora solo han causado grandes pérdidas en las arcas de las compañías.