Las valoraciones en Wall Street han llegado a cotas extremadamente elevadas a consecuencia del descuento de previsiones de ventas y beneficios de las cotizadas más elevadas de lo que en un principio se esperaba. La llegada de Donald Trump se tomaba como un punto de inflexión importante por la aplicación de medidas fiscales más expansivas. […]
Dirigentes Digital
| 27 jun 2017
Las valoraciones en Wall Street han llegado a cotas extremadamente elevadas a consecuencia del descuento de previsiones de ventas y beneficios de las cotizadas más elevadas de lo que en un principio se esperaba. La llegada de Donald Trump se tomaba como un punto de inflexión importante por la aplicación de medidas fiscales más expansivas. Pero con el paso del tiempo, no se han producido especiales avances en esta materia. Además, paralelamente, la Reserva Federal ha seguido implementando su hoja de ruta tensionando su política monetaria. Los tipos de interés ya se encuentran en la franja del 1% al 1,25%. Buena noticia para los bancos, pero peor noticia para aquellas compañías dependientes de financiación para acometer nuevos proyectos. En contraposición, el Banco Central Europeo mantiene políticas laxas: sigue dotando de liquidez a los mercados al mismo tiempo que los tipos de interés se encuentran en mínimos históricos. Unos factores que para muchos analistas es determinante para pensar que la renta variable europea ahora tiene más atractivo que su homóloga estadounidense. Por tanto, lo que muchos inversores se cuestionan es si es momento de seguir teniendo posiciones abiertas en la bolsa estadounidense. Para el equipo de expertos de AXA IM, en este contexto, la gran diferencia entre ahora y seis meses atrás sigue siendo “la perspectiva europea más positiva (también reflejada en los pronósticos positivos de las ganancias corporativas) lo que ha ayudado a mantener el impulso global positivo”. Como resultado, la gestora apuesta por sobreponderar “los activos sensibles al crecimiento, desde las acciones hasta el crédito de alto rendimiento y la deuda emergente, especialmente en Europa y los mercados emergentes”. Así pues, en términos de renta variable, el mercado estadounidense ha alcanzado nuevos máximos, mientras que la relativa superación de la zona del euro frente al S&P 500 se ha invertido desde mediados de mayo. El ratio de precios / ganancias de Estados Unidos se mantiene un 15% por encima de su promedio histórico, con casi todas las otras medidas de valoración negociando por encima de sus medios históricos también. Como tal, las acciones internacionales “se están negociando a un profundo descuento a los sobre las cotizaciones de Estados Unidos”. Por lo tanto, “hemos reducido nuestras acciones estadounidenses a una infraponderación y hemos mantenido nuestra posición sobreponderada en la zona del euro, Suecia y los mercados emergentes”. Es decir, las valoraciones globales de acciones parecen atractivas, impulsadas precisamente por los “múltiplos elevados en “Wall Street”. Los mercados no estadounidenses parecen más atractivos, “especialmente la zona del euro y los mercados emergentes”. La temporada de ganancias del primer trimestre fue fuerte y sugiere que las expectativas actuales sobre las ganancias en 2017 “son realistas”. Más margen de ganancias para sorprender positivamente en la zona del euro y en los mercados emergentes a medida que los tipos de interés “siguen amortiguando”, el riesgo de “una desvalorización múltiple ha disminuido a pesar de que siguen existiendo riesgos macroeconómicos (especialmente en Estados Unidos)”.