Todo comenzó con China y con el gigante asiático abrimos también el recorrido por las cruciales enseñanzas de este primer mes del año. La desaceleración de su economía es un hecho, pues el proceso de transición de la inversión a los servicios en el que se haya inmersa así lo "requiere". Esta transformación llevará años, […]
Dirigentes Digital
| 26 ene 2016
Todo comenzó con China y con el gigante asiático abrimos también el recorrido por las cruciales enseñanzas de este primer mes del año. La desaceleración de su economía es un hecho, pues el proceso de transición de la inversión a los servicios en el que se haya inmersa así lo "requiere". Esta transformación llevará años, es necesaria y positiva, así como una fuente de inestabilidad para las carteras de inversión.
Pero, indica el estratega jefe de mercados de Natixis Global AM, David F. Lafferty, es un "proceso, no un evento y los inversores no deben dejar que el reequilibrio de Pekín les paralice ni a ellos, ni a sus portfolios". Así pues, reconoce, el "régimen de baja volatilidad" del que hemos disfrutado dede 2013 ha quedado atrás.
El colapso del petróleo ha sido el segundo desencadenante del sell off con el que ha nacido 2016. Muchos son los factores que han contribuido al hundimiento del crudo, principalmente la debilidad de la demanda y el exceso de oferta. La primera, sin duda, no ha sido robusta, pero todos los expertos coinciden en señalar que sigue creciendo, siendo el lastre clave la sobreproducción, por lo que la caída del "oro negro" no apunta a una recesión.
Es más, Lafferty cree que la "inundación" de petróleo disminuirá gradualmente, con lo que la valoración repuntará a una zona más equilibrada de entre 45 y 65 dólares por barril. Sobre la recaída de la economía reconoce que ante "la desaceleración de China y la fortaleza del dólar (junto con la longitud ya alcanzada por la expansión) no se puede descartar una recesión. Es posible, pero por ahora, no probable", concluye.
Estos tres temores han creado la "tormenta perfecta" que ha desencadenado una huida masiva del riesgo hacia refugios seguros. Movimiento que, a su vez, ha traído consigo una rebaja para Bolsa o high yield, mientras que ha encarecido la deuda de alta calidad o soberana. "Los inversores deben prestar atención los ‘saldos’ frente a lo que estaba valorado con prima. Y, en caso de duda, reequilibrar, reequilibrar, reequilibrar", aconseja este experto. Una recomendación a la que añade que, en estos tiempos convulsos, horizonte temporal y tolerancia al riesgo se vuelven claves para todos los participantes del mercado.
"El actual entorno probablemente recompense la paciencia y al toma de riesgos y castigue el miedo y la falta de visión", concluye. En este sentido, desde Citi hablan de ser prudentes a la hora de gestionar la cartera, lo que significa "ser menos negativos en mercados cuyos activos ya están muy penalizados (materias primas, emergentes, high yield…) y algo menos positivos en lo que han sufrido, pero podrían hacerlo más si se materializa la tan temida recesión (Bolsas, especialmente desarrolladas).
Por su parte, el Comité de Inversión de Mirabaud Asset Management confirma su valoración positiva de la renta variable de la Zona Euro, la Bolsa suiza, los bonos de la Zona Euro y sobre el dólar americano frente al euro y el franco suizo, tras valorar "de forma muy positiva el anuncio del BCE de reforzar su compromiso con la relajación de la política monetaria y su voluntad de incrementar el programa QE en un futuro próximo".
Asimismo, coinciden al afirmar que "los últimos datos económicos recibidos desde China continúan mostrando que existe un riesgo muy bajo de que su economía se vea obligada a un ‘aterrizaje forzoso’ y creemos que el renminbi seguirá depreciándose, pero lo hará gradualmente. En paralelo, el riesgo de que se dé una recesión en Estados Unidos durante 2016, lo que implicaría una crisis de largo recorrido en los mercados bursátiles, parece algo muy poco probable en este momento".