¿Cuál es el entorno actual en el mercado de la renta fija con el panorama global que nos asiste? Muchos son los focos que se pueden observar: futura subida de tipos de interés en Estados Unidos, tensión geopolítica a consecuencia del proteccionismo, miedo a un rupturismo europeo en Italia tras sus elecciones. Con todo este […]
Dirigentes Digital
| 07 jun 2018
¿Cuál es el entorno actual en el mercado de la renta fija con el panorama global que nos asiste? Muchos son los focos que se pueden observar: futura subida de tipos de interés en Estados Unidos, tensión geopolítica a consecuencia del proteccionismo, miedo a un rupturismo europeo en Italia tras sus elecciones. Con todo este cóctel, el quid de la cuestión es que se debe hacer desde el punto de vista del inversor. En opinión de Chris Iggo, director de inversiones y responsable de renta fija de AXA IM, en los últimos años, la estrategia predominante en el mercado de bonos debe ser de corta duración, “debido al temor a un aumento de tipos después de un período de política monetaria extraordinaria”, y un crédito prolongado en la perspectiva de que “el crecimiento mundial se recuperará y los bancos centrales apoyarían el flujo de capital en activos de mayor riesgo”. La compresión general de los diferenciales en los últimos años impulsó el rendimiento. Esta, explica, ha sido una estrategia muy popular entre los inversores minoristas. Al mismo tiempo, los institucionales, impulsados más por los requisitos de ajuste de responsabilidad, han tendido a optar por el largo plazo de las curvas de rendimiento. Muchos se enfrentan a restricciones crediticias, por lo que para obtener rendimiento han ido mayor tiempo en la curva. El experto afirma, de esta manera, que la duración puede ser “tu amiga”: los rendimientos de los bonos a largo plazo son bajos en comparación con los niveles históricos, pero eso se debe a que “los tipos son bajos y la inflación es baja”. La rentabilidad del bono a 30 años de Estados Unidos está por encima del 3,2% y ha respondido a una política más ajustada de la Reserva Federal. Una estrategia diversificada de larga duración, considera que podría ser “una perspectiva arriesgada para algunos inversores”, pero los datos históricos sugieren que los períodos de rentabilidad negativa son “pocos y distantes”. Lo más importante aún sería el papel potencial en una cartera de multiactivos. En cierto sentido, la duración aquí es una “prima de riesgo negativa”. Las pruebas retrospectivas sugieren una correlación ligeramente negativa entre el rendimiento de una estrategia de alta calificación de largo plazo y el rendimiento de las acciones. Sin embargo, en períodos de rentabilidad negativa, sostiene Iggo, “la correlación negativa se vuelve mucho más significativa”. Asimismo, con la situación tras sus elecciones, Italia podría estar a punto de poner a prueba la determinación del Banco Central Europeo de hacer “lo que sea necesario para salvar el euro”. Iggo analiza que los diferenciales de los bonos gubernamentales italianos en relación con Alemania han subido a 155 pb en las últimas fechas y que la calma con que los mercados recibieron las elecciones de marzo ha dado lugar a cierto “grado de preocupación ahora que se formará una coalición gubernamental del Movimiento 5-Estrellas y la Liga”. Con todo, con un nuevo gobierno populista no probado y el fin de la compra de bonos en el horizonte, “los inversores pueden tener que apretar los dientes por un tiempo”.