Hace unos meses tuve una interesante conversación con un analista político. Hablamos a nivel genérico y específico. De lo primero, me quedé con dos importantes ideas. La primera, que los países líderes lo son no sólo a nivel político sino también económico. La segunda, que este liderazgo no es gratuito. Naturalmente el país líder natural […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Hace unos meses tuve una interesante conversación con un analista político. Hablamos a nivel genérico y específico. De lo primero, me quedé con dos importantes ideas. La primera, que los países líderes lo son no sólo a nivel político sino también económico. La segunda, que este liderazgo no es gratuito. Naturalmente el país líder natural debe también querer serlo.
El líder natural de la Zona Euro es Alemania. Pero no tengo nada claro que quiera hacer visible este liderazgo.
Partiendo de lo anterior, ¿entienden sus reticencias a forzar un crecimiento más rápido que le lleve a actuar de motor de la demanda de la zona? ¿entienden también la disposición de su clase política a negociarlo todo dentro de la zona?.
Incrementando su gasto en infraestructura, Alemania no sólo se ayudará a si misma, sino a toda la Zona Euro. FMI
No voy a escribir sobre esta falta de liderazgo político. Pero sí merece la pena analizar con detalle la parte económica.
Por ejemplo, ¿por qué no invierte más en infraestructuras Alemania?
En una reciente encuesta elaborada por el FMI, la inversión en infraestructuras alemana está en la cola de más de 34 países de la OCDE. El ratio de inversión pública neta al crecimiento neto no ha hecho otra cosa que descender durante la Crisis hasta niveles casi nulos en estos momentos. Un comportamiento inquietante en un país que ha visto un descenso progresivo en su crecimiento potencial en el mismo periodo.
¿Cómo se podría canalizar este hipotético liderazgo económico al resto de la zona? Mayor inversión en infraestructura que genera gasto directo en el resto; mayor presión de la demanda interna alemana que lleva a una mayor inflación y pérdida de competitividad (apreciación del tipo de cambio real) frente al resto.
¿Gasto público o inversión? Su impacto positivo sobre el resto también viene condicionado por la propia respuesta del BCE, ante un aumento del riesgo de inflación. Pero esto no debe suponer ahora el mayor problema.
Es más positivo para el resto de las economías el aumento de la inversión que el gasto público en Alemania. Aunque siempre se preferirá que suban ambos. Mientras, con unas condiciones financieras tan favorables como la actuales, también cabe la posibilidad de que recupere más rápido de lo esperado el gasto e inversión privada. Y los cambios de legislación favorecen que los salarios se recuperen, un punto adicional a favor de la recuperación del gasto. Pero admito que todo va muy lento.
José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España.