Lidiar con tipos bajos y un débil crecimiento

En visita a Madrid, Levy ha hecho un repaso de los distintos tipos de activo. El experto de Amundi se muestra optimista con la renta variable europea por "su potencial alcista", acompañado de la depreciación del euro. Esto favorecerá a las grandes compañías, con volúmenes de negocio fuera del área de moneda común. Siguiendo con el viejo continente, considera que la QE a la europea beneficiará al crédito corporativo.

Lejos de Europa, pero siguiendo con los mercados desarrollados, otra marca en el mapa puesta por el equipo que dirige Dan Levy está en las acciones japonesas. Igual que con Europa, será importante el impacto de la política monetaria. Para los mercados emergentes, avisa de que "hay que ser selectivo", discriminando entre países exportadores y perdedores ante un escenario de caída del precio del crudo, y economías netamente importadoras o ganadoras en este caso como India.

En su presentación en la sede de la gestora en la capital, Levy recordó que este año los inversores deben olvidarse de la posibilidad de encontrar valores refugio. Al contrario, tienen que afrontar ciertos riesgos y saber adaptar su exposición a los mismos. La esperada subida de tipos de la Reserva Federal, la vulnerabilidad de algunas economías emergentes importantes como Rusia o China, las inestabilidades políticas o la presión deflacionaria en Europa son algunas de las preocupaciones que los gestores deben tener siempre presentes.

Ante este escenario, Levy apuesta por dos recetas: flexibilidad y diversificación. Dos premisas que cumple el fondo de inversión que puso encima de la mesa, el Amundi Patrimoine, un vehículo que busca una rentabilidad anualizada de cinco puntos mayor al mercado monetario a un año, con un horizonte temporal recomendado para el partícipe de cinco años, y buscando disminuir la exposición a las posibles caídas del mercado.

Para ello, la diversificación juega un papel esencial que permite "capturar oportunidades, reducir el riesgo sin tener que reducir la rentabilidad, y tener menos amenazas minimizando los shocks del mercado". La fotografía de la cartera a 31 de diciembre muestra que el peso de la renta variable europea se eleva hasta el 15%, mientras que las acciones estadounidenses se quedan en el 5% del portafolio.

Obtener valor en renta fija

Laurent Crosnier, CIO de Amundi Londres, trató de responder a la cuestión de qué hacer con la renta fija en este entorno en el que los bancos centrales han acaparado el protagonismo con liquidez y abaratamiento del dinero. Lo primero que hay que tener en cuenta, arguye, es la profundidad del universo de renta fija. Crosnier defiende el estilo flexible para "aprovechar el valor allá donde esté", como intentan hacer con el fondo Amundi Funds Bond Global Aggregate.

Entre las apuestas por activo para el inicio del año en este fondo de Amundi, se encuentra la sobreponderación de crédito (mejor europeo que americano), preferencia por financieras, exposición a periféricos o el uso de derivados de crédito "para proteger al fondo frente a escenarios adversos". Mientras que por divisa, el CIO de Amundi Londres explicó que están más cómodos con dólares que con otras monedas desarrolladas y, en Europa, están largos con la libra frente al euro.

Por su parte, Robert Hackney, director ejecutivo de First Eagle Investment, para desdramatizar el escenario recordó que las crisis son recurrentes en el tiempo. Hackney defendió una política de inversión "prudente, paciente, orientada al largo plazo, independiente y no condicionada por ningún benchmark". Premisas que sigue el First Eagle Amundi Income Builder Fund, un fondo "flexible en términos sectoriales, geográficos y de capitalización bursátil". El producto, destacó el director ejecutivo de First Eagle Investment, combina la búsqueda global de valor y rentas con una importante diversificación por activo y número de posiciones.